jueves, 11 de mayo de 2017

Ozymandias, de Percy Bysshe Shelley

OZYMANDIAS

Conocí a un viajero de una tierra antigua
que dijo: «Dos enormes y truncadas piernas de piedra
se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena,
semihundido, yace un rostro despedazado, cuyo ceño

y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,
cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones
que aún subsisten grabadas en estos objetos inertes
a las manos que las tallaron y al corazón que las nutrió.

Y en el pedestal se aprecian estas palabras:
"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!"

Nada queda a su lado. En torno a la decadencia
de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas
las solitarias y llanas arenas se extienden a lo lejos.»

Versión original

OZYMANDIAS

I met a traveller from an antique land
Who said: Two vast and trunkless legs of stone
Stand in the desert. Near them, on the sand,
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown,

And wrinkled lip, and sneer of cold command,
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them and the heart that fed.

And on the pedestal these words appear:
"My name is Ozymandias, king of kings:
Look on my works, ye Mighty, and despair!"

Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away