jueves, 23 de junio de 2016

Poemas de Roberto Juarroz

  POEMAS DE OTREDAD

 17

Detener la palabra
un segundo antes del labio,
un segundo antes de la voracidad compartida,
un segundo antes del corazón del otro,
para que haya por lo menos un pájaro
que puede prescindir de todo nido.

El destino es de aire.
Las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
pero la ausencia necesita otros
para que las cosas sean
su destino de aire.

La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.

19

Algunos de nuestros gritos
se detienen junto a nosotros
y nos miran fijamente
como si quisieran consolarnos de ellos mismos.

Algunas palabras que hemos dicho
regresan y se paran a nuestro lado
como si quisieran convencernos
de que llegaron a alguna otra parte.

Algunos de nuestros silencios
toman la forma de una mujer que nos abraza
como si quisieran secarnos
el sudor de las ternuras solitarias.

Algunas de nuestras miradas
retornan para comprobarse en nosotros
o quizá para permitir que nos miremos desde enfrente
como si quisieran demostrarnos
que lo que nos ocurre
es una copia de lo que no nos ocurre.

Hay momentos y hasta quizá una edad de nuestra imagen
en que todo cuanto sale de ella
vuelve como un espejo a confirmarla
en la propia constancia de sus líneas.

Así se va integrando
nuestro pueblo más secreto.


    40

Desbautizar el mundo,
sacrificar el nombre de las cosas
para ganar su presencia.

El mundo es un llamado desnudo,
una voz y no un nombre,
una voz con su propio eco a cuestas.

Y la palabra del hombre es una parte de esa voz,
no una señal con el dedo,
ni un rótulo de archivo,
ni un perfil de diccionario,
ni una cédula de identidad sonora,
ni un banderín indicativo
de la topografía del abismo.

El oficio de la palabra,
más allá de la pequeña miseria
y la pequeña ternura de designar esto o aquello,
es un acto de amor: crear presencia.

El oficio de la palabra
es la posibilidad de que el mundo diga al mundo,
la posibilidad de que el mundo diga al hombre.

        La palabra: ese cuerpo hacia todo.
        La palabra: esos ojos abiertos.

   12

Cuando se apaga la última lámpara
no sólo se apaga algo mayor que la luz:
también se enciende la sombra.

Debería haber sin embargo lámparas
que sirvieran exclusivamente
para encender la sombra.
¿No hay acaso miradas para no ver,
vidas nada más que para morir
y amores sólo para el olvido?

Hay por lo menos ciertas tinieblas predilectas
que merecen su propia lámpara de oscuridad.

    69

Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de identidad en el bolsillo,
otros en el alma,
unos con la luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.

Cada uno se va aunque no pueda,
unos con el amor entre dientes,
otros cambiándose la piel,
unos con la vida y la muerte,
otros con la muerte y la vida,
unos con la mano en su hombro
y otros en el hombro de otro.

Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da o parece dar sobre el camino,
otros por una puerta dibujada en la pared o tal vez en el aire,
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber empezado a vivir.

Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán.

    16

El centro no es un punto.
Si lo fuera, resultaría fácil acertarlo.
No es ni siquiera la reducción de un punto a su infinito.
El centro es una ausencia,
de punto, de infinito y aun de ausencia
y sólo se acierta con ausencia.
Mírame después que te hayas ido,
aunque yo esté recién cuando me vaya.
Ahora el centro me ha enseñado a no estar,
pero más tarde el centro estará aquí.

    42

El hombre es siempre
el constructor de una cárcel.
Y no se conoce a un hombre
hasta saber qué cárcel ha construido.

Algunas veces parece sólo la propia,
pero siempre es también la de otros.
Y no le basta con construir la prisión:
aporta también el carcelero.

Lo único que el hombre no pone
es el material para hacer la prisión,
porque sobra en todas partes.

Pero hay otra cosa
que no sabemos quién la pone:
el combustible para el incendio.

Porque si todo hombre es la historia de sus cárceles,
la lamentable historia de un ex presidiario
que vuelve a su prisión
o inaugura otra,
a veces es también la historia de quemarse
al incendiar la mayor de sus prisiones.
O ni siquiera la mayor:
la que estaba en el límite.

    27

El silencio que queda entre dos palabras
no es el mismo silencio que envuelve una cabeza cuando cae,
ni tampoco el que estampa la presencia del árbol
cuando se apaga el incendio vespertino del viento.

Así como cada voz tiene un timbre y una altura,
cada silencio tiene un registro y una profundidad.
El silencio de un hombre es distinto del silencio de otro
y no es lo mismo callar un nombre que callar otro nombre.

Existe un alfabeto del silencio,
pero no nos han enseñado a deletrearlo.
Sin embargo, la lectura del silencio es la única durable,
tal vez más que el lector.

    46

No debiera ser posible
dormirse sin tener cerca
una voz para poderse despertar.

No debiera ser posible
dormirse sin tener cerca
la propia voz para poderse despertar.

No debiera ser posible
dormirse sin despertar
en el momento justo en que el sueño se encuentra
con esos ojos abiertos
que ya no necesitan dormir más.

 POEMAS DE UNIDAD

  5

Recoger la forma interior,
la que empieza en los mismos puntos que la otra
pero se vuelca luego
como un cántaro hacia su propia sed.
Recoger la forma que no es el negativo de nada,
que no se preocupa por el mundo,
ni siquiera por las otras formas,
y que parece a veces no preocuparse
ni por el propio cuerpo que la sostiene.
Recogerla en su invertida fuente,
en su explosión invertida,
en su gesto de intensidad tan íntima
que podría crear el otro lado.

Recoger la única forma que podría recogernos
y borrarnos la otra,
la que se equivocó hacia afuera.

    8

Si has perdido tu nombre,
recobraremos la puntada de las calles más solas
para llamarte sin nombrarte.
Si has perdido tu casa,
despistaremos a los guardianes de la cárcel
hasta dejarlos con su sombra y sin sus muros.
Si has perdido el amor,
publicaremos un gran bando de palomas desnudas
para atrasar la vida y darte tiempo.
Si has perdido tus límites de hombre,
recorreremos el cruento laberinto
hasta alzar otra forma desde el fondo.
Si has perdido tus ecos o tu origen,
los buscaremos, pero hacia adelante,
en el templo final de los orígenes.
Solamente si has perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de nuevo.

    7

Toda nomenclatura es triste.
Huele a campos tapiados,
a cadenas de lúgubres adioses,
a pisadas que aplastan,
a papeles manchados,
a descarnadas corrosiones.
Aunque se enumeraran ángeles,
aunque se encolumnaran rosas,
aunque se indizaran amores.
Toda nomenclatura traba
la azul enredadera
cuyos brotes demuestran
que el silencio es un verbo.
Toda nomenclatura atrasa
el reloj sin cuadrante
del ritmo que es la vida.

   9

Toda palabra llama a otra palabra.
Toda palabra es un imán verbal,
un polo de atracción variable
que inaugura siempre nuevas constelaciones.
Una palabra es todo el lenguaje,
pero es también la fundación
de todas las transgresiones del lenguaje,
la base donde se afirma siempre un antilenguaje.
Una palabra es todavía el hombre.
Dos palabras son ya el abismo.
Una palabra puede abrir una puerta.
Dos palabras la borran.

    33

Una rosa en el florero,
otra rosa en el cuadro
y otra más todavía en mi pensamiento.

¿Cómo hacer un ramo
con esas tres rosas?
¿O cómo hacer una sola rosa
con las tres?

Una rosa en la vida.
Otra rosa en la muerte.
Y otra más todavía.

Poesía Vertical. Número 1

    1

Una red de mirada
mantiene unido al mundo,
no lo deja caerse.
Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,
mis ojos van a apoyarse en una espalda
que puede ser de dios.
Sin embargo,
ellos buscan otra red, otro hilo,
que anda cerrando ojos con un traje prestado
y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.
Mis ojos buscan eso
que nos hace sacarnos los zapatos
para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
o inventar un pájaro
para averiguar si existe el aire
o crear un mundo
para saber si hay dios
o ponernos el sombrero
para comprobar que existimos.


viernes, 17 de junio de 2016

Dios ha muerto, de Gérard de Nerval

Dieu. est mort! le ciel est vide...

Pleurez! enfants, vous n'avez plus de père

Jean-Paul.



I



Quand le Seigneur, levant au ciel ses maigres bras,

Sous les arbres sacrés, comme font les poètes,

Se fut longtemps perdu dans ses douleurs muettes,

Et se jugea trahi par des amis ingrats,



Il se tourna vers ceux qui l'attendaient en bas

Rêvant d'être des rois, des sages, des prophètes...

Mais engourdis, perdus dans le sommeil des bêtes,

Et se prit à crier: "Non, Dieu n'existe pas!"



Ils dormaient. "Mes amis, savez-vous la nouvelle?

J'ai touché de mon front à la voûte éternelle;

Je suis sanglant, brisé, souffrant pour bien des jours!



Frères, je vous trompais: Abîme! abîme! abîme!

Le dieu manque à l'autel où je suis la victime...

Dieu n'est pas! Dieu n'est plus!" Mais ils dormaient toujours!





Cristo en [el monte de] los Olivos



¡Dios ha muerto! El cielo está vacío…

¡Llorad, hijos, que ya no tenéis padre!

JEAN-PAUL



I



Cuando al cielo levó el Señor sus magros brazos,

Bajo árboles sacros, como hacen los poetas,

Se hundió por largo tiempo en sus dolores mudos,

Y por falsos amigos se supo traicionado;



Y miró a los que abajo lo esperaban, durmiendo,

Soñando con ser reyes, y sabios, y profetas,

Letárgicos, perdidos en sueño de las bestias,

E inició su grito constante: “¡Dios no existe!”



Pero ellos dormían. “Amigos, ¿sabéis el evangelio?

Mi frente rozó el límite de bóvedas eternas;

Estoy sangrante, roto, sufriendo de continuo.



Hermanos, he mentido: ¡Abismo!, ¡abismo!, ¡abismo!

El dios falta en las aras en las que soy la víctima…

¡Dios no está! ¡Dios no existe!” ¡Pero ellos dormían!



II



Il reprit: "Tout est mort! J'ai parcouru les mondes;

Et j'ai perdu mon vol dans leurs chemins lactés,

Aussi loin que la vie, en ses veines fécondes,

Répand des sables d'or et des flots argentés:



Partout le sol désert côtoyé par des ondes,

Des tourbillons confus d'océans agités...

Un souffle vague émeut les sphères vagabondes,

Mais nul esprit n'existe en ces immensités.



En cherchant l'oeil de Dieu, je n'ai vu qu'une orbite

Vaste, noire et sans fond, d'où la nuit qui l'habite

Rayonne sur le monde et s'épaissit toujours;



Un arc-en-ciel étrange entoure ce puits sombre,

Seuil de l'ancien chaos dont le néant est l'ombre,

Spirale engloutissant les Mondes et les jours!





II



Y siguió: “¡Todo muerto! Atravesé los mundos;

Y me perdí en los rumbos de sus caminos lácteos,

Muy lejos, do la vida, de sus venas ubérrimas,

Derrama arenas áureas y olas argentinas:



Y todo suelo yermo ceñido por las ondas,

Confusos torbellinos de océanos convulsos…

Un soplo vago impulsa esferas vagabundas,

Pero en la inmensidad no existe un solo espíritu.



Buscando la mirada de Dios, hallé una órbita,

Sin fondo, negra, vasta, albergue de la noche

Que fluye sobre el mundo y más y más se espesa.



Un extraño arco iris rodea el pozo umbrío,

Umbral del Caos arcaico cuya sombra es la Nada,

Un espiral que engulle los Mundos y los días”.



III



"Immobile Destin, muette sentinelle,

Froide Nécessité!... Hasard qui, t'avançant

Parmi les mondes morts sous la neige éternelle,

Refroidis, par degrés, l'univers palissant,



Sais-tu ce que tu fais, puissance originelle,

De tes soleils éteints, l'un l'autre se froissant...

Es-tu sûr de transmettre une haleine immortelle,

Entre un monde qui meurt et l'autre renaissant?...



O mon père! est-ce toi que je sens en moi-même?

As-tu pouvoir de vivre et de vaincre la mort?

Aurais-tu succombé sous un dernier effort



De cet ange des nuits que frappa l'anathème?

Car je me sens tout seul à pleurer et souffrir,

Hélas! et, si je meurs, c'est que tout va mourir!"





III



“¡Inmovible destino, silente centinela,

Necesidad helada!… Azar que en tus avances,

Entre los orbes muertos bajo la nieve eterna

Enfrías, paso a paso, al pálido universo,



¿Sabes tú lo que haces, potencia primigenia,

Con tus soles extintos, golpeándose en su danza?…

¿Seguro estás de dar un hálito perenne

Entre un mundo que muere y otro renaciente?…



Oh Padre, ¿eres el mismo que siento adentro mío?

¿Poder tienes de vida y de vencer la muerte?

¿O habrás tú sucumbido bajo el último esfuerzo



Del ángel de las noches que se hundió a tu anatema?…

Pues me siento tan solo en mi llanto, en mi angustia.

Quizás, ay, si yo muero, conmigo muera todo.



IV



Nul n'entendait gémir l'éternelle victime,

Livrant au monde en vain tout son coeur épanché;

Mais prêt à défaillir et sans force penché,

Il appela le seul - éveillé dans Solyme:



"Judas! lui cria-t-il, tu sais ce qu'on m'estime,

Hâte-toi de me vendre, et finis ce marché:

Je suis souffrant, ami! sur la terre couché...

Viens! ô toi qui, du moins, as la force du crime!"



Mais Judas s'en allait, mécontent et pensif,

Se trouvant mal payé, plein d'un remords si vif

Qu'il lisait ses noirceurs sur tous les murs écrites...



Enfin Pilate seul, qui veillait pour César,

Sentant quelque pitié, se tourna par hasard:

"Allez chercher ce fou!" dit-il aux satellites.





IV



Mas nadie oyó gemir a la víctima eterna,

Que en vano derramaba su corazón completo;

Y ya a desfallecer, con las fuerzas huidas,

Él apeló al Solo – que velaba en Solyma:



“¡Judas! – gritó – bien sabes en cuánto se me estima.

Apúrate a venderme, pon fin a tu negocio:

¡Estoy sufriendo, amigo!, reptando ya por tierra…

¡Oh tú que al menos tienes la fuerza para el crimen!”



Pero Judas marchábase, culposo y pensativo,

Sintiéndose mal pago, y con remordimientos

Tan negros que en los muros escritos los veía.



Por fin, sólo Pilatos, que velaba por César,

Con algo de piedad como al azar tornóse:

“¡Id a buscar al loco!” – les dijo a sus adlátares.



V



C'était bien lui, ce fou, cet insensé sublime...

Cet Icare oublié qui remontait les cieux,

Ce Phaéton perdu sous la foudre des dieux,

Ce bel Atys meurtri que Cybèle ranime!



L'augure interrogeait le flanc de la victime,

La terre s'enivrait de ce sang précieux...

L'univers étourdi penchait sur ses essieux,

Et l'Olympe un instant chancela vers l'abîme.



"Réponds! criait César à Jupiter Ammon,

Quel est ce nouveau dieu qu'on impose à la terre?

Et si ce n'est un dieu, c'est au moins un démon..."



Mais l'oracle invoqué pour jamais dut se taire;

Un seul pouvait au monde expliquer ce mystère:

- Celui qui donna l'âme aux enfants du limon.





V



Por fin aquí está el loco, el orate sublime…

¡El Ícaro olvidado que remontó los cielos,

El Faetón caído al rayo de los dioses,

El malherido Atys que Cibeles reanima!



Interrogó el arúspice el flanco de la víctima,

La tierra emborrachóse de su preciosa sangre…

Tembló el universo fallándole sus ejes,

Y en vértigo el Olimpo se aproximó al abismo.



“¡Responde! – gritó el César a Júpiter Ammón –

¿Quién es el nuevo dios que se impone a la tierra?

Si acaso no es un dios, será un daimón al menos…”



Pero calló por siempre el invocado oráculo;

Tan solo Alguien podría dar cuenta del misterio:

- El que insufló las almas a los hijos del fango.


 NOTAS

Algunos de los sonetos de esta serie de cinco fueron publicados en L’ Artiste, 31 de marzo de 1844. También se conservan en manuscritos. Incluida en Pequeños Castillos… Versión definitiva en Las Hijas del Fuego, 1854

sábado, 11 de junio de 2016

Cómo ha de ser el gobierno según Pero López de Ayala

 Los reyes e los príncipes, e los emperadores,
los duques e los condes, e los otros señores
gobiernan las sus tierras con los sus moradores, 935
que a do moraban ciento, fincan tres pobladores.

   Cuando en otro tiempo los judíos pidieron
a Nuestro Señor rey, d'Él entonces oyeron
lo que después por fecho e por los ojos vieron:
si algo recabdaron en su pro, lo sintieron. 940

   Este nombre de rey, de buen regir desciende
-quien ha buena ventura, bien así lo entiende-;
el que bien a su pueblo gobierna e defiende,
este es rey verdadero: tírese el otro dende.

   De un padre e de una madre con ellos decendemos, 945
una naturaleza ellos e nos habemos,
de vivir e morir una ley tenemos,
salvo que obediencia de les tener debemos.

   Quiera por su merced Dios bien les ayudar,
que puedan los sus pueblos regir e gobernar 950
con paz e con sosiego, que grant cuenta han de dar
a aquel Rey verdadero que la sabrá tomar.

   Dios les guarde de guerras e de todo bollicio,
puedan bien responder a Dios de su oficio;
mas ¡mal pecado! andan todos fuera de quicio: 955
quien les dize el contrario no entiende qué es servicio.

   Dios les dé buen consejo que lo quieran creer,
e puedan en sus tierras justicia mantener;
segunt que lo yo entiendo mucho es menester,
que veo los sus pueblos sospirar e gemer. 960

   E Dios non menosprecia la pobre oración:
mas ante la rescibe e oye toda sazón:
quien humilmente l' ruega, e de buen corazón,
si justamente l' pide, oído es su sermón.

   Los huérfanos e viudas, que Dios quiso guardar 965
en su grant encomienda, véoles vozes dar:
«¡Acórrenos, Señor: non podemos durar
los pechos e tributos que nos fazen pagar

   De cada día veo asacar nuevos pechos
que demandan señores demás de sus derechos; 970
e, a tal estado son llegados ya los fechos,
que quien tenía trigo non le fallan afrechos.

   Ayúntanse privados con los procuradores
de cibdades e villas; fazen repartidores
sobre los inocentes cuitados pecadores; 975
[¿no será lectio difficilior pechadores?]
luego que han acordado, llaman arrendadores.

   Allí vienen judíos, que están aparejados
para beber la sangre de los pobres cuitados;
presentan sus escriptos, que tienen concertados,
e prometen sus joyas e dones a privados. 980

   Perlados que sus eglesias debrían gobernar,
por cobdicia del mundo allí quieren morar
e ayudan revolver el regno a más andar,
como revuelven tordos un pobre palomar.

   Allí fazen judíos el su repartimiento 985
sobre el pueblo que muere por mal defendimiento;
a ellos entre sí apartan medio cuento
que han de haber privados, cuál ochenta, cuál ciento.

   E dizen los privados: «Servimos cada día
al rey: cuando yantamos es más de mediodía, 990
e velamos la noche, que es luenga e fría,
por concertar sus cuentas e la su atasmía.

   E así sin conciencia, sin ningunt otro mal,
podemos nos sacar de aquí algunt cabdal,
ca dize el Evangelio e nuestro decretal 995
que digno es el obrero de levar su jornal».

   Dizen luego al rey: «Por cierto vos tenedes
judíos servidores e merced les faredes,
ca vos pujan las rentas por cima las paredes;
otorgádgelas, Señor, que buen recabdo habredes». 1000

   «Señor», dizen judíos, «servicio vos faremos:
tres cuentos más que antaño por ellas vos daremos
e buenos fiadores llanos vos prometemos,
con estas condiciones que scriptas vos traemos».

   Aquellas condiciones, ¡Dios sabe cuáles son! 1005
para el pueblo mesquino negras como carbón.
«Señor», dizen privados, «faredes grant razón
de les dar estas rentas, encima gualardón».

   Dize luego el rey: «A mí plaze de grado
de les fazer merced, que mucho han pujado 1010
hogaño las mis rentas»; e non cata el cuitado
que toda esta sangre sale del su costado.

   Después d'aquesto llegan don Abrahan e don Simuel,
con sus dulces palabras que vos parecen miel,
e fazen una puja sobre los de Israel, 1015
que monta en todo el regno cuento e medio de fiel.

   D'esta guisa que oídes pasa de cada día
el pueblo muy lazrado llamando "pía, pía":
«¡Dios por merced nos guarde e val Santa María!».
Non hayamos las penas que diz la profecía: 1020

   segunt que David cuenta, dize Nuestro Señor:
«Por mesquindat del pobre e por el su clamor,
haberme he a levantar, e seré judgador.
Non me lo logrará quien fuere robador».

   E cuenta Isaías, segunt que leeredes: 1025
«Si el huérfano guardades e la viuda defendedes,
venid, dize el Señor, pedid lo que queredes:
vuestros negros pecados blancos los tornaredes».

   El que faze el contrario, ya entendedes, será:
a Dios pone en enojo, e su daño fará, 1030
e bien se pare mientes que, cuanto levará
de haber así ganado, poco lo logrará.

   Escúsanse los reyes con su grant menester,
ca dizen que han carga del regno defender:
fagan como quisieren, Dios les dé a entender 1035
fazer a su servicio e a todo su plazer.

   Pues ¡cómo caballeros los fazen, mal pecado!:
en villas e logares qu' el rey les tiene dado,
sobr' el pecho que l' deben, ¡otro piden doblado!
e con esto los tienen por mal cabo poblado: 1040

   do moraban mil homnes, non moran ya trezientos;
más vienen que granizo sobre ellos ponimientos;
fuyen chicos e grandes con tales escarmientos,
ca ya vivos los queman, sin fuego e sin sarmientos.

   E tienen para esto judíos muy sabidos, 1045
para sacar los pechos e los nuevos pedidos;
non lo dejan por lágrimas que oyan, nin gemidos;
demás, por las esperas aparte son servidos.

   E aún para esto peor lo vi fazer:
en las rentas del rey suelen parte tener, 1050
por que non se les pueda el pobre defender
de les dar lo que piden o todo lo perder.

   Maguer non tienen viñas, siempre suelen comprar
muchos vinos de fuera e ý los encubar;
ciertos meses del año los suelen apartar, 1055
que los beba el concejo, a como l' suelen dar.

   Así es ello; cierto muchas vezes lo vi
lo que non val dinero costar maravedí,
el vino agro, turbio, muy malo, baladí,
quien pasa e lo bebe, nunca más torna ý. 1060

   Conviene que lo gasten los pobres labradores,
beberlo o verterlo non les valdrán clamores;
e fagan luego pago a judíos traidores,
o lo sacan a logro de buenos mercadores.

   Así como es del vino, en carne es otro tal: 1065
si el señor tiene algunt buey viejo cuïtral,
conviene que lo coman o con bien o con mal,
e luego en la mollera tienen presta la sal.

   Fazen luego castillos al canto de la villa,
grandes muros e fuertes, torres a maravilla, 1070
siquiera sean altos como los de Sevilla,
por meter los mesquinos más dentro en la capilla.

   Mas antes de que sea la tal obra acabada,
viene luego la muerte e dale su mazada:
parte de aquí el alma asaz envergonzada, 1075
e sotierran el cuerpo en muy peor posada.

   En el su Evangelio nos dize el Señor:
«Tú non fagas injurias nin seas caloñador».
Por Dios paremos mientes de aquel fuerte temor
del día del Jüicio que espera el pecador. 1080

   Todas estas riquezas son niebla e rocío;
con honras e orgullos e aqueste loco brío
échase homne sano e amanesce frío,
ca nuestra vida corre como agua de río.

   Los privados del rey e los sus allegados 1085
asaz tienen de quejas e de grandes cuidados,
ca ¡mal pecado! muchos consejos son errados
por querer tener ellos los reyes lisonjados.

   Cuando en el Consejo la cuestión es propuesta,
luego cata el privado a cuál cabo se acuesta 1090
la voluntad del rey, e va por esa cuesta
cuidando a su casa levar buena respuesta.

   Do él cuida que gana, cuido que pierde asaz
si conseja la guerra e estorba la paz;
el que por sus pecados en tales cosas yaz 1095
algunt tiempo habrá la salsa del agraz.

   El rey d'ellos se fía: por ende quien lo daña
ha muy mala ventura con lisonja lo engaña;
dígale su servicio, ca si un hora se ensaña
el rey, non le echará por end' de su compaña. 1100

   Siempre debe el Consejo dezir al rey verdat
e siempre lo inclinar a fazer pïedat,
e todo el tiempo l' guarde non faga crueldat,
ca clemencia es en reyes muy loada bondat.

   Los reyes poderosos, si catan su alteza, 1105
naturalmente se inclinan a fazer toda crüeza;
por ende han menester virtud de fortaleza
non los dejen ser caídos e guarden su nobleza.

   Segunt dize Valerio, en su libro, Mayor,
la virtud que en los reyes es más noble e mejor 1110
es perdonar al caído toda culpa e error;
d'esto muchos enjiemplos nos mostró Nuestro Señor.

   Amar bien a quien te ama non es de agradescer;
mas, si te alguno erró e te fue fallescer,
tú l' debes perdonar e a Dios en gracia haber, 1115
que te da tiempo e logar que así lo puedas fer.

   Mucho só maravillado qu' el mundo lo defiende
quien a su señor conseja ál de lo que se le entiende,
e, si por la cobdicia en este mal se enciende,
tal consejo el rey al dïablo lo encomiende. 1120

   Quien quisier consejar muy bien a su señor
conséjel' que non sea mucho acaloñador
e que a todos sea muy dulce amador;
quien ál le consejare, será lisonjador.

   Por dos cosas se puede el consejo dañar: 1125
o por ira, o por queja; por ende es de guardar,
ca muchos son los homnes que se han de gobernar
por lo que cuatro o cinco hobieren de ordenar.

No m' vala Dios, amigos, si grant plazer non es
que se afine consejo por uno o dos o tres, 1130
cualquier que sea el fecho siquier sobre un tornés,
ca podrié muy aína tomar un grant revés.

   Do ha muchas cabezas, ha más entendimiento:
los muchos porfïando toman mejor el tiento;
a vezes falla uno lo que non fallan ciento, 1135
nin fagan del consejo ligero espedimiento.

   Sobre los grandes fechos tener luengo Consejo,
e sean los que entraren tan claros como espejo,
lisonja nin cobdicia non traigan en pellejo,
e sean bien atantos que parescan concejo. 1140

   Entre todas las cosas sea siempre guardada
la grant pro comunal de la tierra lazdrada;
ca en tanto fue Roma de todos señoreada,
en cuanto así lo fizo; después, yaze abajada.

   E sean con el rey al consejo llegados 1145
prelados, caballeros, doctores e letrados,
buenos homnes de villas, que hay muchos honrados,
e pues a todos tañe, todos sean llamados.

   Quien del rey o del regno entendiere ocasión,
luego le aperciba e muestre su razón; 1150
segunt ley de Partida, caería en traición
el que lo encubriese un punto nin sazón.

   Los reyes deben ser muy mucho avisados
de bien examinar entre los sus privados:
non amen lisonjeros, nin mucho arrebatados; 1155
si así se engañaren, ellos son los culpados.

   Otrosí al Consejo deben siempre llamar
a aquellos que sopieren en tal caso fablar,
ca, segunt dizen en Francia, "mucho es de rebtar
aquel que se entremete de ánsares ferrar". 1160

   Quien non sabe la cosa nin la hobo ensayado
non puede en el consejo ser mucho avisado,
e serié grant perigro e grant yerro probado
si el tal Consejo hobiese a ser llamado.

   Séneca diz: «Las artes habrién buena ventura 1165
si los que las bien saben las toviesen en cura»;
ca nunca bien disputan en la Santa Escriptura
ferrero, carpintero, alfayate de costura.

   Segunt diz Sant Gregorio, débese entremeter
cada uno en su arte e en su menester, 1170
ca nunca puede un filósofo, con todo su saber,
gobernar una nao nin mástel le poner.

   Si quisieres fer nao, busca los carpinteros;
si quisieres zamarra, busca los pellejeros;
oficios son partidos caminos e senderos: 1175
por unos van a Burgos, por otros a Zebreros.

   El buen zelo me faze en aquesto fablar:
non digo por ninguno en esto acusar,
mas por apercebir; e conviene avisar
al que ha por consejos sus fechos gobernar. 1180

   Ca de tal masa somos formados, ¡mal pecado!,
que todos fallescemos, cualquier en su estado:
por ende el poderoso Señor sea rogado
que de nos emendar lo tenga en cuidado.

   En todos los estados hay perigros asaz: 1185
príncipes e señores, en guerra e en paz,
este mundo los turba e muy quejados faz;
quien cuida que ha sosiego, asaz tiene de agraz.