sábado, 15 de agosto de 2020

Alonso de Ercilla, La Araucana. Arenga de Colocolo, canto II

Voltaire elogió esta arenga, que le parecía superior a las de Néstor en la Iliada de Homero:

Tomé y otros caciques se metieron

en medio destos bárbaros de presto,

y con dificultad los despartieron,

que no hicieron poco en hacer esto:

de herirse lugar aún no tuvieron,

y en voz airada, ya el temor pospuesto,

Colocolo, el cacique más anciano,

a razonar así tomó la mano:


"Caciques, del Estado defensores,

codicia de mandar no me convida

a pesarme de veros pretensores

de cosa que a mí tanto era debida;

porque, según mi edad, ya veis, señores,

que estoy al otro mundo de partida;

mas el temor que siempre os he mostrado,

a bienaconsejaros me ha incitado.


¿Por qué cargos honrosos pretendemos

y ser en opinión grande tenidos

pues que negar al mundo no podemos

haber sido sujetos y vencidos?

Y en esto averiguarnos no queremos

estando aún de españoles oprimidos:

mejor fuera esa furia ejecutalla,

contra el fiero enemigo en la batalla.


"¿Qué furor es el vuestro, oh araucanos!

que a perdición os lleva sin sentillo?

¿Contra vuestras entrañas tenéis manos,

y no contra el tirano en resistillo?

Teniendo tan a golpe a los cristianos,

¿volvéis contra vosotros el cuchillo?

Si gana de morir os ha movido,

no sea en tan bajo estado y abatido.


"Volved las armas y ánimo furioso

a los pechos de aquellos que os han puesto

en dura sujeción, con afrentoso

partido, a todo el mundo manifiesto;

lanzad de vos el yugo vergonzoso,

mostrad vuestro valor y fuerza en esto:

no derraméis la sangre del Estado

que para redimirnos ha quedado.


"No me pesa de ver la lozanía

de vuestro corazón, antes me esfuerza;

mas temo que esta vuestra valentía

por mal gobierno el buen camino tuerza;

que, vuelta entre nosotros la porfía,

degolléis vuestra patria con su fuerza:

cortad, pues, si ha de ser desa manera,

esta vieja garganta la primera.


"Que esta flaca persona, atormentada

de golpes de fortuna, no procura

sino el agudo filo de una espada,

pues no la acaba tanta desventura.

Aquella vida es bien afortunada

que la temprana muerte la asegura;

pero, a nuestro bien público atendiendo,

quiero decir en esto lo que entiendo.


"Pares sois en valor y fortaleza;

el cielo os igualó en el nacimiento;

de linaje, de estado y de riqueza

hizo a todos igual repartimiento;

y en singular por ánimo y grandeza

podéis tener del mundo el regimiento:

que este gracioso don, no agradecido,

nos ha al presente término traído.


"En la virtud de vuestro brazo

espero que puede en breve tiempo remediarse;

mas ha de haber un capitán primero,

que todos por él quieran gobernarse;

este será quien más un gran madero

sustentare en el hombro sin pararse;

y pues que sois iguales en la suerte,

procure cada cual de ser más fuerte".