Georg Trakl, Grodek. Manuscrito con una segunda versión. Traducción automática.
Por la tarde, los bosques otoñales resuenan
con armas mortíferas, las llanuras doradas
y los lagos azules sobre los que el sol
rueda más sombrío; la noche abraza a
los guerreros moribundos, el lamento salvaje
de sus bocas rotas.
Pero silenciosamente en el suelo de sauces se acumulan nubes rojas,
en las que vive un dios enojado.
La sangre derramada, el frescor de la Luna;
todos los caminos conducen a la decadencia negra.
Bajo las ramas doradas de la noche y las estrellas,
la sombra de la hermana se balancea en el bosque silencioso,
para saludar a los espíritus de los héroes, las cabezas sangrantes;
y las oscuras flautas del otoño suenan suavemente en las cañas.
¡Oh dolor más orgulloso! Ustedes, altares de bronce.
La llama ardiente del espíritu alimenta hoy un dolor tremendo,
los nietos por nacer.
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