viernes, 8 de septiembre de 2023

Canciones de Joaquín Sabina

A mis cuarenta y diez


A mis cuarenta y diez,

Cuarenta y nueve dicen que aparento,

Más antes que después,

He de enfrentarme al delicado momento

De empezar a pensar

En recogerme, de sentar la cabeza,

De resignarme a dictar testamento

(perdón por la tristeza)

Para que mis allegados, condenados

A un ingrato futuro,

No sufran lo que he sufrido, he decidido

No dejarles ni un duro,

Sólo derechos de amor,

Un siete en el corazón y un mar de dudas,

A condición de que no

Los malvendan, en el rastro, mis viudas


Y, cuando, a mi Rocío,

Le escueza el alma y pase la varicela,

Y, un rojo escalofrí­o,

Marque la edad del pavo de mi Carmela,

Tendrán un mal ejemplo, un hulla hop

Y un D'Artacán que les ladre,

Por cada beso que les regateó

El fanfarrón de su padre


Pero sin prisas, que, a las misas

De réquiem, nunca fui aficionado,

Que, el traje de madera, que estrenaré,

No está siquiera plantado,

Que, el cura, que ha de darme la extremaunción,

No es todaví­a monaguillo,

Que, para ser comercial, a esta canción

Le falta un buen estribillo


Desde que salgo con la pálida dama

Ando más muerto que vivo,

Pero dormir el sueño eterno en su cama

Me parece excesivo,

Y, eso que nunca he renunciado a buscar,

En unos labios abiertos,

Dicen que hay besos de esos que, te los dan,

Y resucitan a un muerto


Y, si a mi tumba, os acercáis de visita,

El dí­a de mi cumpleaños,

Y no os atiendo, esperadme, en la salita,

Hasta que vuelva del baño

A quién le puede importar,

Después de muerto, que uno tenga sus vicios?

El dí­a del juicio final

Puede que Dios sea mi abogado de oficio


Pero sin prisas, que, a las misas

De réquiem, nunca fui aficionado,

Que, el traje de madera, que estrenaré,

No está siquiera plantado,

Que, el cura, que ha de darme la extremaunción,

No es todaví­a monaguillo,

Que, para ser comercial, a esta canción

Le falta un buen estribillo


Contigo


Yo no quiero un amor civilizado

Con recibos y escena del sofá

Yo no quiero que viajes al pasado

Y vuelvas del mercado con ganas de llorar


Yo no quiero vecinas con pucheros

Yo no quiero sembrar ni compartir

Yo quiero catorce de febrero

Ni cumpleaños feliz


Yo no quiero cargar con tus maletas

Yo no quiero que elijas mi champú

Yo no quiero mudarme de planeta

Cortarme la coleta, brindar a tu salud


Yo no quiero domingo por la tarde

Yo no quiero columpio en el jardí­n

Lo que yo quiero corazón cobarde

Es que mueras por mí­


Y morirme contigo si te matas

Y matarme contigo si te mueres

Porque el amor cuando no muere mata

Porque amores que matan nunca mueren


Yo no quiero juntar para mañana

Nunca supe llegar a fin de mes

Yo no quiero comerme una manzana

Dos veces por semana, sin ganas de comer


Yo no quiero calor de invernadero

Yo no quiero besar tu cicatriz

Yo no quiero Parí­s con aguacero

Ni Venecia sin ti


No me esperes a las doce en el juzgado

No me digas volvamos a empezar


Yo no quiero ni libre ni ocupado

Ni carne ni pecado ni orgullo ni piedad

Yo no quiero saber porqué lo hiciste

Lo que yo quiero muchacha de ojos tristes

Es que mueras por mí­


Y morirme contigo si te matas

Y matarme contigo si te mueres

Porque el amor cuando no muere mata

Porque amores que matan nunca mueren


Nos sobran los motivos, canción de Joaquín Sabina


Este adiós no maquilla un hasta luego,

este nunca no esconde un ojala,

estas cenizas no juegan con fuego,

este ciego no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,

esta letra no la protestaré,

ahórrate el acuse de recibo,

estas vísperas son las de después.

A este ruido tan huérfano de padre

no voy a permitirle que taladre

un corazón podrido de latir.

Este pez ya no muere por tu boca,

este loco se va con otra loca,

estos ojos no lloran más por ti.


Esta sala de espera sin esperanza,

estas pilas de un timbre q se secó

este helado de fresa de la venganza

esta empresa de mudanza

con los muebles del amor.


Esta campana mora en el campanario,

esta mitad partida por la mitad,

estos besos de Judas,este calvario,

este look de presidiario,

esta cura de humildad.


Este cambio de acera de tus caderas,

estas ganas de nada menos de tí

este arrabal sin grillos en primavera,

ni espaldas con cremalleras,

ni anillos de presumir.


Esta casita de muñecas de alterne

este racimo de pétalos de sal

este huracán sin ojos que lo gobiernen

este jueves,este viernes

y el miércoles q vendrá


(ESTRIBILLO)

No abuses de mi inspiración,

no acuses a mi corazón

tan maltrecho y ajado

q está cerrado por derribo.


Por las arrugas de mi voz

se filtra la desolación

de saber q éstos son

los últimos versos q te escribo,

para decir "con Dios" a los dos

nos sobran los motivos.


Este nido de pájaro disecado

este perro andaluz sin domesticar

este trono de príncipe destronado

esta espina de pescado

esta ruina de Don Juan.


Esta lágrima de hombre de las cavernas

esta horma de zapato de Barba Azul,

que poco rato dura la vida eterna

por el túnel de tus piernas,

entre Córdoba y Maipú.


Esta guitarra cínica y dolorida

con su terco knock,knockin'on heaven's door,

estos labios que saben a despedida

a vinagre en las heridas

a pañuelo de estación


Este ladrón aparcado en tu toga

la rueca de Penélope en Luna Park

estos celos que sueñan que te desnudan

esta caracola viuda

sin la pianola del mar.


(ESTRIBILLO)

No abuses de mi inspiración...


19 días y 500 noches Joaquín Sabina


Lo nuestro duró

Lo que duran dos peces de hielo

En un güisqui on the rocks

En vez de fingir

O, estrellarme una copa de celos

Le dio por reír

De pronto me vi

Como un perro de nadie

Ladrando, a las puertas del cielo

Me dejó un neceser con agravios

La miel en los labios

Y escarcha en el pelo


Tenían razón

Mis amantes

En eso de que, antes

El malo era yo

Con una excepción

Esta vez

Yo quería quererla querer

Y ella no

Así que se fue

Me dejó el corazón en los huesos

Y yo de rodillas


Desde el taxi

Y, haciendo un exceso

Me tiró dos besos

Uno por mejilla

Y regresé

A la maldición del cajón sin su ropa

A la perdición de los bares de copas

A las cenicientas

De saldo y esquina


Y, por esas ventas

Del fino laina

Pagando las cuentas

De gente sin alma

Que pierde la calma

Con la cocaína

Volviéndome loco

Derrochando la bolsa y la vida

La fui, poco a poco

Dando por perdida


Y eso que yo

Paro no agobiar con flores a María

Para no asediarla con mi antología

De sábanas frías y alcobas vacías

Para no comprarla con bisutería

Ni ser el fantoche que va en romería

Con la cofradía del santo reproche


Tanto la quería

Que tardé en aprender a olvidarla,

Diecinueve días y quinientas noches


Dijo hola y adiós

Y el portazo, sonó como un signo de interrogación

Sospecho que así

Se vengaba,a través del olvido

Cupido de mí

No, no pido perdón (no pido perdón)


¿para qué? si me va a perdonar

Porque ya no le importa

Siempre tuvo la frente muy alta

La lengua muy larga

Y la falda muy corta


Me abandonó

Como se abandonan los zapatos viejos

Destrozó el cristal de mis gafas de lejos

Sacó del espejo su vivo retrato

Y fui, tan torero

Por los callejones del juego y el vino

Que, ayer el portero

Me echó del casino de Torrelodones

Qué pena tan grande

Negaría el santo sacramento

En el mismo momento

Que ella me lo mande


Y eso que yo

Paro no agobiar con flores a María

Para no asediarla con mi antología

De sábanas frías y alcobas vacías

Para no comprarla con bisutería

Ni ser el fantoche que va en romería

Con la cofradía del santo reproche


Tanto la quería

Que tardé en aprender a olvidarla,

Diecinueve días y quinientas noches


Y regresé

A la maldición del cajón sin su ropa

A la perdición de los bares de copas

A las cenicientas

De saldo y esquina


Y, por esas ventas

Del fino laina

Pagando las cuentas

De gente sin alma

Que pierde la calma

Con la cocaína


La del pirata cojo


No soy un fulano con la lágrima fácil

de esos que se quejan solo por vicio,

si la vida se deja le meto mano

y si no aún me excita mi oficio,

y como además sale gratis soñar

y no creo en la reencarnación,

con un poco de imaginación,

partiré de viaje enseguida

a vivir otras vidas

a probarme otros nombres,

a colarme en el traje y la piel

de todos los hombres

que nunca seré:


Al Capone en Chicago

legionario en Melilla

pintor en Montparnasse


Mercader en Damasco

costalero en Sevilla

negro en Nueva Orleans


Viejo verde en Sodoma

deportado en Siberia

sultán en un harem


¿Policía? ni en broma

triunfador de la feria

gitanito en Jerez


Tahúr en Montecarlo

cigarrillo en tu boca

taxista en Nueva York.


El más chulo del barrio

tiro porque me toca

suspenso en religión


Confesor de la reina

banderillero en Cádiz

tabernero en Dublín.


Comunista en las Vegas

ahogado en el Titanic

Flautista en Hamelín.


Pero si me dan a elegir

entre todas las vidas yo escojo

la del pirata cojo

con pata de palo,

con parche en el ojo,

con cara de malo,

el viejo truhán, capitán

de un barco que tuviera

por bandera

un par de tibias y una calavera


La del pirata cojo

con pata de palo,

con parche en el ojo,

con cara de malo,

el viejo truhán, capitán

de un barco que tuviera

por bandera

un par de tibias y una calavera.


Billarista a tres bandas

insumiso en el cielo

dueño de un cabaret.


Arañazo en tu espalda

tenor en Rigoletto

pianista de un burdel.


Bongosero en la Habana

Casanova en Venecia

anciano en Shangri La,


Polizón en tu cama

vocalista de orquesta

mejor tiempo en Le Mans.


Cronista de sucesos

detective en apuros

conservado en alcohol.


Violador en tus sueños

suicida en el viaducto

guapo en un culebrón


Morfinómano en China

desertor en la guerra

boxeador en Detroit.


Cazador en la India

marinero en Marsella

fotógrafo en Playboy.


Pero si me dan a elegir

entre todas las vidas yo escojo

la del pirata cojo

con pata de palo,

con parche en el ojo,

con cara de malo,

el viejo truhán, capitán

de un barco que tuviera

por bandera

un par de tibias y una calavera.


La del pirata cojo

con pata de palo,

con parche en el ojo,

con cara de malo,

el viejo truhán, capitán

de un barco que tuviera

por bandera

un par de tibias y una calavera.


Tan joven y tan viejo


Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;

en el álbum de cromos de la resignación

pegábamos los niños que odiaban los espejos

guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.


Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida

le pedí que a su antojo dispusiera de mí,

ella me dió las llaves de la ciudad prohibida

yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.


Así crecí volando y volé tan deprisa

que hasta mi propia sombra de vista me perdió,

para borrar mis huellas destrocé mi camisa,

confundí con estrellas las luces de neón.


Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,

sobre el banco de un parque dormí como un lirón;

por decir lo que pienso sin pensar lo que digo

más de un beso me dieron (y más de un bofetón).


Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,

lo que sé del pecado lo tuve que buscar

como un ladrón debajo de la falda de alguna

de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.


Así que, de momento, nada de adiós muchachos,

me duermo en los entierros de mi generación;

cada noche me invento, todavía me emborracho;

tan joven y tan viejo, like a rolling stone.

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