sábado, 2 de noviembre de 2024

Rudyard Kipling: La carga del hombre blanco, 1899

 Rudyard Kipling: La carga del hombre blanco, 1899

Este famoso poema, escrito por el poeta imperial británico, fue una respuesta a la toma de control de Filipinas por parte de Estados Unidos después de la Guerra Hispano-estadounidense.

Tomad la carga del Hombre Blanco--

Enviad a los mejores de vuestra raza-- Id

y atad a vuestros hijos al exilio

Para servir a las necesidades de vuestros cautivos;

Para esperar con pesados ​​arneses,

Sobre gente agitada y salvaje--

Vuestros pueblos recién capturados, hoscos,

Mitad diablo y mitad niño.


Tomad la carga del Hombre Blanco--

Con paciencia para aguantar,

Para velar la amenaza del terror

Y reprimir la exhibición de orgullo;

Con un discurso abierto y sencillo,

Cien veces dejado claro

Para buscar el beneficio de otro,

Y trabajar la ganancia de otro.


Tomad la carga del Hombre Blanco--

Las salvajes guerras de la paz--

Llenad la boca del Hambre

Y ordenad a la enfermedad que cese;

Y cuando vuestro objetivo esté más cerca

El fin buscado por otros,

Observad cómo la pereza y la locura pagana

Destruyen todas vuestras esperanzas.


Tomad la carga del Hombre Blanco--

No el gobierno sórdido de los reyes,

Sino el trabajo del siervo y el barrendero--

El cuento de las cosas comunes.

Los puertos a los que no entraréis,

los caminos que no pisaréis,

id, marcadlos con vuestros vivos,

y marcadlos con vuestros muertos.


Tomad la carga del Hombre Blanco--

Y cosechad su antigua recompensa:

La culpa de los que sois mejores,

El odio de los que guardáis--

El grito de las huestes que complacéis

(¡Ah, lentamente!) hacia la luz:--

"¿Por qué nos ha sacado de la esclavitud,

Nuestra amada noche egipcia?"


Tomad la carga del Hombre Blanco--

No os atreváis a rebajaros--

Ni a invocar demasiado fuerte la Libertad

Para disimular vuestro cansancio;

Por todo lo que lloréis o susurréis,

Por todo lo que dejéis o hagáis,

Los pueblos silenciosos y hoscos

Pesarán a vuestros dioses y a vosotros.


Tomad la carga del Hombre Blanco--

Acabad con los días infantiles--

El laurel ofrecido a la ligera,

La alabanza fácil, sin escrúpulos.

Viene ahora, para examinar vuestra hombría

A través de todos los años ingratos

Fríos, afilados por la sabiduría comprada a precio de oro, ¡

El juicio de vuestros pares!

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