viernes, 13 de abril de 2012

Grodek de Georg Trakl


Por la tarde suenan armas de muerte en bosques otoñales: por áureas llanuras y lagos azules rueda sol tenebroso.

La noche invade a soldados moribundos al salvaje alarido de sus bocas torcidas.

Quietas en la espesura hay nubes enrojecidas donde mora dios colérico; se manchan con fría sangre de luna vertida; todo camino desemboca en cieno y negrura.

Bajo el nocturno ramaje de oro y las estrellas vaga la sombra de mi hermana en un bosque demudado y saluda a los espíritus heroicos, cabezas ensangrentadas, mientras suaves entre rojizos otoñales silban oscuras flautas.

¡Oh, más que soberbio duelo en altares de bronce! Un tremendo dolor alimenta la llama que consume el espíritu:

... los nietos por nacer.