jueves, 23 de abril de 2015

Resurrección, de Klopstock

Friedrich Gottileb Klopstock

Oda Auhfersteh'n (Resurrección)

(Textos seleccionados y adaptados por Mahler para su sinfonía núm. II, "Resurrección")


En 1894 el director de orquesta Hans von Bülow murió y en el funeral Mahler oyó una versión musical de la oda de Klopstock "Resurrección"; le gustó y decidió ponerle música él mismo, aunque cambió algunos versos. Luego lo añadió a su poema sinfónico Totenfeier ("Ritos fúnebres") inspirado en el drama poético Dziady del poeta nacional de Polonia, el romántico Adam Mickiewicz, que después reformó para que fuese el primer movimiento de su segunda sinfonía. Con los citados textos de Klopstock compuso los movimientos IV y V.



IV



Urlicht (luz primera)



¡Oh diminuta rosa roja!
Con gran necesidad los hombres sufren,
los hombres sufren con gran pena.
Anduve alejado del cielo
y marchaba por un ancho camino
cuando un angelito intentó hacerme retroceder.
¡Oh, no! ¡He rechazado regresar!
¡Provengo de Dios y a Dios regresaré!
¡El misericordioso Dios ne dará una candela
para iluminar mi camino hacia la gloria eterna!


V



Auferstehung (Resurrección)



CORO, SOPRANO



¡Resucitarás, sí, resucitarás,
polvo mío, tras breve descanso!
¡Vida inmortal
te dará quien te llamó!
¡Para reflorecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas,
¡a nosotros, que morimos!


CONTRALTO



¡Oh, créelo, corazón mío, créelo!
¡Nada se pierde de ti!
¡Tuyo es, sí, tuyo, cuanto deseabas!
¡Lo que ha perecido resucitará!


SOPRANO



¡Oh, créelo: no has nacido en vano!
¡No has sufrido en vano!


CORO



¡Lo nacido debe perecer!
¡Lo que ha perecido, resucitará!.


CORO, CONTRALTO:



¡Cesa de temblar!
¡Disponte a vivir!


SOPRANO, CONTRALTO:



¡Oh dolor! ¡Tú que todo lo colmas!
¡He escapado de ti!
¡Oh muerte! ¡Tú que todo lo doblegas!
¡Ahora has sido doblegada!


CORO



Con alas que he conquistado
en ardiente afán de amor
¡levantaré el vuelo
hacia la luz que no ha alcanzado ningún ojo!
¡Moriré para vivir!


CORO, SOPRANO, CONTRALTO



¡Resucitarás, sí, resucitarás,
corazón mío, en un instante!
Lo que ha latido
¡habrá de llevarte a Dios!