Noche siempre serena, cuyo velo
y silencio tomó el amor por capa.
Nema del cielo, de sus ojos tapa,
madre del sueño, el hurto y el recelo;
si alguna vez amaste, pues del suelo
al cielo, nadie del amor se escapa,
con esa escuridad los ojos tapa
a las estrellas, que lo son del cielo.
Aunque celos te den sus resplandores,
deja, luna, salir mi luz querida,
que bien sabe de amor quien tuvo amores.
La noche se verá del sol vestida,
tendrá la sombra luz, perlas las flores,
mi pena gloria y mi esperanza vida.