viernes, 12 de junio de 2015

La más hermosa metáfora de un libro

Pájaro con miles de alas para volar al infinito

La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca

P. Calderón de la Barca, La vida es sueño, fin de la jornada II:

CLOTALDO

(Enternecido se ha ido.
el Rey de haberlo escuchado).
Como habíamos hablado 
de aquella águila, dormido, 
tu sueño imperios han sido; 
mas en sueños fuera bien 
honrar entonces a quien 
te crió en tantos empeños, 
Segismundo; que aun en sueños 
no se pierde el hacer bien. 

SEGISMUNDO

Es verdad; pues reprimamos 
esta fiera condición, 
esta furia, esta ambición, 
por si alguna vez soñamos: 
y sí haremos; pues estamos 
en mundo tan singular, 
que el vivir solo es soñar; 
y la experiencia me enseña, 
que el hombre que vive sueña 
lo que es, hasta dispertar. 
Sueña el rey, que es rey, y vive 
con este engaño mandando, 
disponiendo y gobernando; 
y este aplauso, que recibe 
prestado, en el viento escribe, 
Y en cenizas lo convierte 
la muerte; ¡desdicha fuerte! 
¿Qué hay quien intente reinar, 
viendo que ha de dispertar 
en el sueño de la muerte? 
Sueña el rico en su riqueza, 
que más cuidados le ofrece, 
Sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza, 
Sueña el que a medrar empieza, 
sueña el que afana y pretende, 
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión, 
todos sueñan lo que son, 
aunque ninguno lo entiende. 
Yo sueño, que estoy aquí 
destas prisiones cargado, 
y soñé, que en otro estado 
más lisonjero me vi. 
¿Qué es la vida? Un frenesí: 
¿qué es la vida? Una ilusión, 
una sombra, una ficción, 
y el mayor bien es pequeño; 
que toda la vida es sueño, 
y los sueños sueño son. [...]

III

[El príncipe Segismundo es liberado e instado por varios soldados rebeldes al rey Basilio a que tome el mando de la rebelión]

SOLDADO

Sal pues; que en ese desierto 
ejército numeroso 
de bandidos y plebeyos 
te aclama; la libertad 
te espera; oye sus acentos. 
¡Viva Segismundo, viva! (dentro)

SEGISMUNDO 

¿Otra vez? ¿Qué es esto, Cielos?
¿Queréis que sueñe grandezas 
que ha de deshacer el tiempo? 
¿Otra vez queréis, que vea 
entre sombras y bosquejos 
la majestad y la pompa 
desvanecida del viento? 
¿Otra vez queréis, que toque 
el desengaño o el riesgo 
a que el humano poder 
nace humilde y vive atento? 
Pues no ha de ser, no ha de ser; 
miradme otra vez, sujeto 
a mi fortuna y, pues sé 
que toda esta vida es sueño, 
idos, sombras, que fingís 
hoy a mis sentidos muertos 
cuerpo y voz, siendo verdad, 
que ni tenéis voz ni cuerpo. 
Que no quiero majestades 
fingidas, pompas no quiero, 
fantásticas ilusiones 
que al soplo menos ligero 
del aura han de deshacerse, 
bien como el florido almendro, 
que por madrugar sus flores, 
sin aviso y sin consejo, 
al primer soplo se apagan, 
marchitando y desluciendo 
de sus rosados capillos 
belleza, luz y ornamento. 
Ya os conozco, ya os conozco, 
y sé que os pasa lo mesmo 
con cualquiera que se duerme. 
Para mí no hay tingimientos; 
que desengañado ya, 
sé bien, que la vida es sueño.

 [...]

Y con esta prevención
de que cuando fuese cierto, 
es todo el poder prestado, 
y ha de volverse a su dueño, 
atrevámonos a todo. 

[...]

(tras perdonar a Clotaldo)

A reinar, Fortuna, vamos;
no me despiertes, si duermo,
y si es verdad, no me aduermas.
Mas sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa;
si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos. 

[...]

BASILIO
¿Quién, Astolfo, podrá parar prudente 
La furia de un caballo desbocado? 
¿Quién detener de un rio la corriente, 
que corre al mar soberbio y despeñado? 
¿Quién un peñasco suspender valiente 
de la cima de un monte desgajado? 
pues todo fácil de parar se mira 
más que de un vulgo la soberbia ira. 

Dígalo en bandos el rumor partido;
pues se oye resonar en lo profundo 
de los montes el eco repetido: 
unos, "Astolfo", y, otros, "Segismundo".
El dosel de la jura, reducido 
a segunda intención, a horror segundo, 
teatro funesto es, donde importuna 
representa tragedias la fortuna. 

ASTOLFO

Señor, suspéndase hoy tanta alegría, 
cese el aplauso y gusto lisonjero, 
que tu mano feliz me prometía; 
que si Polonia (a quien mandar espero) 
hoy se resiste a la obediencia mía, 
es porque la merezca yo primero. 
Dadme un caballo, y de arrogancia lleno 
rayo descienda el que blasona trueno.

BASILIO 

Poco reparo tiene lo infalible,
y mucho riesgo lo previsto tiene;
si ha de ser, la defensa es imposible, 
que quien la excusa más, más la previene. 
¡Dura ley! ¡Fuerte caso! ¡Horror terrible! 
Quien piensa huir el riesgo, al riesgo viene; 
con lo que yo guardaba me he perdido: 
yo mismo, yo, mi patria he destruido. 

[...]

(el rey Basilio, derrotado)


¿Hay mas infelice Rey?
¿Hay padre más perseguido?

CLOTALDO

Ya tu ejército vencido 
Baja sin tino ni ley.

ASTOLFO

Los traidores, vencedores 
Quedan. 

BASILIO

En batallas tales
los que vencen son leales, 
los vencidos, los traidores. 
Huyamos, Clotaldo, pues 
del cruel, del inhumano 

rigor de un hijo tirano.