domingo, 17 de mayo de 2020

Alfonso X el Sabio, Comienzo de la Estoria de España

El noble príncipe de España, al cual la graçia de Ihuxpo vengadora de la porfía lo salvó de toda cosa triste; prínçipe digno de alabança, Alfonso, nombrado por nombre príncipe nunca vençido, príncipe venerabile, el cual por meresçimientos sobrepuja a todas alabanças, el cual a la vengança los engaños con fierro condena, al cual la fama de cualquier cosa lo perpetúa, los fechos de España faze manifiestos en este libro, en guisa que cada cual pueda saber por él muchas cosas venideras.

Onde, si por las cosas pasadas quiere alguno saber las venideras, non desdeñe esta obra, mas téngala en su memoria. Muchas vezes conviene esto leer, ca poderás muchas cosas ver por las cuales te aprovecharás y en las cosas arduas enseñado te farás, ca saberás cualquier cosa: si es açepta la tal, o si es ynepta; vayas ante al fin o el [??], a las muy buenas cosas se mueva,  por el cual, fuyendo de las cossas peores, tomarás las mejores.

¡O España! Si tomas los dones que te da la sabiduría del Rey, resplandeçerás; otrosí, en fama e formosura creçerás. El Rey, que es formosura de España e thesoro de la filosofía,  enseñanças da a los yspanos: tomen las buenas los buenos, e den las vanas a los vanos.

Aqui se comiença la estoria de España que fizo el muy noble rey don Alfonso, fijo del noble rey don Fernando e de la reyna doña Beatriz.

PRÓLOGO.

Los sabios antigos que fueron en los tiempos primeros e fallaron los saberes e las otras cosas tovieron que menguaríen en sos fechos e en su lealtad si tan bien no lo quisiessen pora los que avíen de venir como pora sí mismos o pora los otros que eran en so tiempo.

E, entendiendo por los fechos de Dios, que son espiritales, que los saberes se perderíen muriendo aquellos que lo sabíen e no dexando remembrança, porque no cayessen en olvido mostraron manera por que los sopiessen los que avíen de venir empós ellos, e, por buen entendimiento, connoscieron las cosas que eran estonces, e, buscando e escodriñando, con grand estudio, sopieron las que avíen de venir.

Mas el desdén de non querer los omnes saber las cosas, e la olvidança en que las echan depués que las saben, fazen perder mala mientre lo que fue muy bien fallado e con grand estudio. E otrosí, por la pereza, que es enemiga del saber e faz a los omnes que non lleguen a él ni busquen las carreras por que'l connoscan, ovieron los entendudos e quél preciaron sobre todas las otras cosas e'l tovieron por luz pora alumbrar los sos entendimientos e de todos los otros, que lo sopiessen, a buscar carreras poro llegassen a él y'l aprendiessen, e después que'l oviessen fallado, que no'l olvidassen. E, embuscando aquesto, fallaron las figuras de las letras, e ayuntándolas fizieron dellas síllabas, e de síllabas ayuntadas fizieron dellas partes. E, ayuntando otrosí las partes, fizieron razón, e por la razón que viniessen a entender los saberes e se sopiessen ayudar dellos e saber también contar lo que fuera en los tiempos dantes: cuémo si fuesse en la su sazón, e por qué pudiessen saber otrosí los que depués dellos viniessen los fechos que ellos fizieran tan bien como si ellos se acertassen en ello, e por qué las artes de las sciencias e los otros saberes que fueron fallados pora pro de los omnes fuessen guardados en escripto, por que non cayessen en olvido e los sopiessen los que avíen de venir. E por qué pudiessen, otrosí, connoscer el saber dell arte de geometría, que es de medir, e los departimientos de los grados e las alonganças de los puntos, de lo que a dell uno all otro, e sopiessen los curssos de las estrellas e los movimientos de las planetas e los ordenamientos de los signos e los fechos que fazíen las estrellas que buscaron e sopieron los atronomianos con grand acucia e cuydando mucho en ello, e por cuál razón nos aparecen el Sol e la Luna oscuros, e, otrossí, por cuál escodriñamiento fallaron las naturas de las yervas e de las piedras e de las otras cosas en que a virtud, segund sus naturas. 

Ca, si por las escripturas non fuesse, ¿cuál sabiduría o engeño de omne se podríe membrar de todas las cosas passadas, aunque no las fallassen de nuevo, que es cosa muy más grieve? Mas por que los estudios de los fechos de los omnes se demudan en muchas guisas, fueron sobresto apercebudos los sabios ancianos, e escrivieron los fechos tan bien de los locos cuemo de los sabios, e otrossí daquellos que fueron fieles en la ley de Dios e de los que no, e las leyes de los sanctuarios e las de los pueblos e los derechos de las clerezías e los de los legos. E escrivieron otrossí las gestas de los príncipes, tan bien de los que fizieron mal cuemo de los que fizieron bien, por que los que después viniessen por los fechos de los buenos punnassen en fazer bien, e, por los de los malos, que se castigassen de fazer mal. E por esto fue endereçado el curso del Mundo, de cada una cosa en su orden. Onde, si paráremos mientes, el pro que nasce de las escripturas connoscremos que por ellas somos sabidores del criamiento del Mundo, e, otrosí, de los patriarchas: cómo vinieron unos en pos otros, e de la salida de Egipto e de la ley que dio Dios a Moysén, e de los reys de la sancta tierra de Iherusalem, e del desterramiento dellos e dell annunciamiento e del nacimiento e de la passión e de la resurrección e de la ascensión de Nuestro Señor Ihesuxpristo. Ca de tod esto, e dotras cosas muchas, no sopieramos nada si, muriendo aquellos que eran a la sazón que fueron estos fechos, non dexassen escripturas por que lo sopiessemos. 

E por ende somos nos adebdados de amar a aquellos que lo fizieron, por que sopiessemos por ellos lo que no sopieramos dotra manera, e escrivieron otrosí las nobles batallas de los romanos e de las otras yentes que acaescieron en el Mundo, muchas e maravillosas, que se olvidaran si en escripto non fuessen puestas.

E otrossí, el fecho d'España, que passó por muchos señoríos e fue muy mal trecha recibiendo muertes por muy crueles lides e batallas daquellos que la conquiríen, e otrosí que fazíen ellos en defendiéndose. E desta guisa fueron perdudos los fechos della por los libros que se perdieron e fueron destroýdos en el mudamiento de los señoríos; assí que apenas puede seer sabudo el comienço de los que la poblaron.

E por end, nos, don Alfonsso, por la gracia de Dios rey de Castiella, de Toledo, de León, de Gallizia, de Sevilla, de Cordava, de Murcia, de Iahén e dell Algarve, fijo del muy noble rey don Fernando e de la reyna doña Beatriz, mandamos ayuntar cuantos libros pudimos aver de istorias en que alguna cosa í contasse de los fechos d'España, e tomamos de la Crónica dell arçobispo don Rodrigo que fizo por mandado del rey don Fernando nuestro padre, e de la del maestre Luchas, obispo de Tuy,  e de Paulo Orosio, e del Lucano, e de sant Esidro el primero, e de sant Alfonsso e de sant Esidro el mancebo, e  de Idacio obispo de Gallizia, e de Sulpicio, obispo de Gasconna, e de los otros escriptos de los concilios de Toledo e de don Jordán, chanceller del sancto palacio, e de Claudio Tholomeo, que departió del cerco de la Tierra meior que otro sabio fasta la su sazón; e de Dion, que escrivió verdadera la Estoria de los Godos, e de Ponpeyo Trogo e dotras estorias de Roma, las que pudiemos aver que contassen algunas cosas del fecho d'España, e compusiemos este libro de todos los fechos que fallarse pudieron della: desde'l tiempo de Noé fasta este nuestro, e esto fiziemos por que fuesse sabudo el comienço de los españoles e de quáles yentes fuera España maltrecha e que sopiessen las batallas que Hércoles de Grecia fizo contra los españoles, y las mortandades que los romanos fizieron en ellos, e los destruymientos que les fizieron otrossí los vándalos e los silingos e los alanos e los suevos e los aduxieron a seer pocos, e por mostrar la nobleza de los godos e cómo fueron viniendo de tierra en tierra, venciendo muchas batallas e conquiriendo muchas tierras, fasta que llegaron a España y echaron ende a todas las otras yentes e fueron ellos señores della; e cómo por el desacuerdo que ovieron los
godos con so señor el rey Rodrigo, e por la trayción que urdió el conde don Yllán e ell arcobispo Oppa, passaron los d'Áffrica e ganaron todo lo demás d'España, e cómo fueron los xpristianos después cobrando la tierra; e del daño que  vino en ella por partir los regnos por que se non pudo cobrar tan aýna, e, después, cuémo la ayuntó Dios, e por cuáles maneras e en cuál tiempo e cuáles reyes ganaron la tierra fasta en el mar Mediterráneo, e qué obras fizo cada uno, assí cuemo vinieron unos empós otros, fasta'l nuestro tiempo.

Moysén escrivió un libro que a nombre Génesis, por que fabla en él de cuémo crio Dios el cielo, la tierra e todas las cosas que en ellos son. E de cuémo, por el peccado dell omne, por qué passó mandamiento de Dios, fue echado de Paraýso. E otrossí de cuémo, por las culpas e por los grandes yerros que fizieron los que descendieron d'aquel linage, aduxo Dios el grand Diluvio sobre la tierra, con que los mató a todos. Assí que no fincó dellos fueras Noé e su mugier e tres sos fijos (Sem, Cam e Japhet) e sus mugieres, assí que fueron ocho por todos. E cuenta otrossí en aquel libro mismo que el linage que d'aquellos descendió començaron a fazer una torre muy grand pora apoderarse de las tierras. Mas, por que ellos eran muy sobervios, e no connocíen ni temíen a Dios, fueron destroýdos en esta manera: que nuestro señor Dios dañó el lenguage en tal guisa, que's no entendíen unos a otros, e por esta razón dexaron aquella lavor que fazíen. E non tan sola mientre fueron departidos en los lenguages, mas aun en las voluntades, de manera, que non quisieron morar unos con otros. Tod esto cuenta Moysén en este sobredicho libro, que es en el comienço de la Biblia. Mas, por que no fabló de cuémo aquellos que se partieron a cuáles tierras fueron poblar, querémoslo contar en est'estoria, según lo fallamos en las estorias antiguas, e dezímoslo assí. 

Ramón María del Valle-Inclán, Rosa de Job

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN
ROSA DE JOB

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¡Todo hacia la muerte avanza
de concierto,
toda la vida es mudanza
hasta ser muerto!

¡Quién vio por tierra rodado
el almenar,
y tan alto levantado
el muladar!

¡Mi existir se cambia y muda
todo entero,
como árbol que se desnuda
en el Enero!

¡Fueron mis goces auroras
de alegrías,
más fugaces que las horas
de los días!

¡Y más que la lanzadera
en el telar,
y la alondra, tan ligera
en el volar!

¡Alma, en tu recinto acoge
al dolor,
como la espiga en la troje
el labrador!

¡Levántate, corazón,
que estás muerto!
¡Esqueleto de león
en el desierto!

¡Pide a la muerte posada,
peregrino,
como espiga que granada
va al molino!

¡La vida!... Polvo en el viento
volador.
¡Sólo no muda el cimiento
del dolor!