Felipe Pérez y González (1854 -1910), letrista del tango de la Menegilda, de la zarzuela La Gran Vía. Autores de la música: Federico Chueca Robles / Joaquín Valverde Durán.
¡Pobre chica, la que tiene que servir!
Más valiera que se llegase a morir;
porque si una no sabe por las mañanas brujulear,
aunque mil años viva, su paradero es el hespital.
Cuando yo vine aquí
lo primero que al pelo aprendí
fue a fregar, a barrer,
a guisar, a planchar y a coser;
pero viendo que estas cosas
no me hacían prosperar,
consulté con mi conciencia
y al punto me dijo: "Aprende a sisar,
aprende a sisar, aprende a sisar."
Salí tan mañosa, que al cabo de un año
tenía seis trajes de seda y satén.
A nada que ustedes discurran un poco,
ya saben o al menos se lo han figurao
de dónde saldría
para ello el parné.
Yo iba sola
por la mañana a comprar,
y me daban
seis duros para pagar:
y de sesenta reales gastaba treinta, o un poco más,
y lo que me sobraba me lo guardaba un melitar.
Yo no sé como fue
que un domingo después de comer,
yo no sé qué pasó,
que mi ama a la calle me echó;
pero al darme el señorito
la cartilla y el parné,
me decía por lo bajo:
"Te espero en Eslava tomando café,
tomando café, tomando café."
Después de este lance serví a un boticario,
serví a una señora que andaba muy mal;
me vine a esa casa y aquí estoy al pelo,
pues sirvo a un abuelo
que el pobre está lelo
y yo soy el ama;
y punto final.
La Gran Vía, segunda edición aumentada. Tango de doña Virtudes.
Pobres-amas
las que tienen que sufrir
a esas-truchas
de criadas de servir;
porque si una no tiene
por las mañanas mucho de acá,
crea usted, caballero,
que la dividen por la mitad.
El domin-go pasao
a un pendón que es de al lao de Bilbao,
el permi-so la di
para ir al teatro Madrid;
y le dije en la escalera
cuando ya se iba a marchar:
-"Cuidadito que te vengas
así que se acabe,
por si hay que fregar".
¿Usted se figura que vino a las ocho,
que vino a las nueve, que vino a las diez?
pues vino a las doce con un artillero,
y dijo el grosero
con tono altanero:
-"Señora Virtudes...
dispénsela usted".
Tuve-otra
que era de Valladolí,
y tenía unos bigotes así.
y mi señor marido,
que es peluquero... por afición,
me dijo: -"A ésta la pago
con la navaja y con el jabón".
Pues, al mes-no cabal
me faltó un cucharón de metal
y una fal-da de tul
que hallé registrando un baúl.
Me faltaron dos pendientes de azabache superior,
y, por fin de tantas faltas,
faltome mi esposo, que fue lo peor.
Después tuve una que a poco me pega;
después tuve otra que sí me pegó,
y, en fin, tuve una tan buena persona,
que friega, que barre,
que lava, que cose,
que plancha, que guisa,
porque esa soy yo.