Siegfried Sasoon
SUICIDIO EN LAS TRINCHERAS
Conocí a un simple soldado
que sonreía ante la vida con alegría hueca;
dormía profundamente en la solitaria oscuridad
y silbaba temprano con la alondra.
En las trincheras invernales, acobardado y sombrío,
entre migajas y piojos y falto de ron,
se metió una bala en el cerebro.
Nadie volvió a hablar de él.
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Ustedes, multitudes de cara acomodada y ojos vivos,
que aplauden cuando los muchachos soldados desfilan,
escabúllanse a casa y recen para que nunca sepan
adónde van la juventud y la risa.
ELLOS
El obispo nos dice: "Cuando los chicos regresen
no serán los mismos, porque habrán luchado
por una causa justa: encabezan el último ataque
al Anticristo; la sangre de sus camaradas ha comprado
un nuevo derecho a engendrar una raza honorable;
han desafiado a la Muerte y la han retado cara a cara."
-"¡Ninguno de nosotros somos los mismos!"- responden los chicos.
"Porque George perdió ambas piernas; y Bill tiene los ojos de piedra;
el pobre Jim tiene un disparo en los pulmones y le gustaría morir;
y Bert se ha vuelto sifilítico: no encontrarás
a un tipo que haya servido y que no haya encontrado algo cambiado..."
Y el obispo dijo: '¡Extraños son los caminos del Señor!"
CONSECUENCIAS
¿Ya lo has olvidado...?
Porque los acontecimientos del mundo han continuado retumbando desde aquellos días amordazados,
como el tráfico controlado en el cruce de las calles de la ciudad;
y el vacío atormentado en tu mente se ha llenado de pensamientos que fluyen
como nubes de luz iluminadas por el cielo de la vida; y eres un hombre indultado para ir,
tomando tu parte pacífica del Tiempo, con sobra de alegría.
Pero el pasado sigue siendo el mismo... y la guerra es un juego sangriento...
¿Ya lo has olvidado...?
Mira hacia abajo y jura, por los caídos en la guerra, que nunca olvidarás.
¿Recuerdas los meses oscuros en los que controlaste el sector de Mametz...?
¿Las noches en las que vigilabas, cableabas, cavabas y apilabas sacos de arena en los parapetos?
¿Te acuerdas de las ratas? ¿Y del hedor
de cadáveres pudriéndose frente a la trinchera de primera línea...
y del blanco amanecer sucio y frío bajo una lluvia desesperada?
¿Alguna vez te detienes y preguntas: "¿Va a ocurrir todo otra vez?"
¿Recuerdas esa hora de estrépito antes del ataque...?
¿Y la ira, la compasión ciega que te invadió y sacudió, mientras
contemplabas los rostros condenados y demacrados de tus hombres?
¿Recuerdas las camillas que retrocedían tambaleándose
con ojos moribundos y cabezas colgando, esas máscaras de gris ceniza
en los muchachos que alguna vez fueron entusiastas, amables y alegres?
¿Lo olvidaste ya...?
Mira hacia arriba y jura, por el verdor de la primavera, que nunca olvidarás