jueves, 12 de abril de 2012

El camino desdeñado, de Robert Frost


El camino que pospuse

Robert Frost


El camino se partía en dos por el bosque amarillo,
y, apenado por no poder tomar ambos
siendo un único viajero, largo tiempo estuve en pie
oteando uno de ellos cuanto pude
hasta donde en la espesura se perdía;

y entonces tomé el otro justamente,
acaso acertado con la opción,
pues áspero era y requería paso frecuente,
aunque en cuanto a lo que allí vi
me hubiera marchado por cualquiera.

Y esa mañana ambos se me aparecían iguales.
¡Guardé el primero para luego!
Aun conociendo la forma como todo camina,
dudé si debía volver sobre mis pasos

¡debo estar diciéndolo con un suspiro
de aquí a la eternidad!
Dos, 
dos caminos se bifurcaban en un bosque

y yo tomé el menos transitado
y eso fue todo.