viernes, 6 de enero de 2023

Retrato de Aníbal por Tito Livio

Retrato de Aníbal que hizo Tito Livio en el Libro XXI de la Historia de Roma desde su fundación:

Enviado Aníbal a Hispania, nada más llegar se ganó a todo el ejército: los soldados veteranos tenían la impresión de que les había sido devuelto el Amílcar joven; veían la misma energía en sus rasgos, la misma fuerza en su mirada, la misma expresión en su semblante, idéntica fisonomía. Después, en muy poco tiempo, consiguió que lo que tenía de su padre fuese lo menos importante en orden a granjearse las simpatías. Nunca un mismo carácter fue más dispuesto para cosas enteramente contrarias: obedecer y mandar. No resultaría fácil, por ello, discernir si era más apreciado por el general o por la tropa. Ni Asdrubal prefería a ningún otro para confiarle el mando cuando había que actuar con valor y denuedo, ni los soldados se mostraban más confiados o intrépidos con cualquier otro jefe. Era de lo más audaz para afrontar los peligros, y de lo más prudente en medio del mismo peligro. No había tarea capaz de fatigar su cuerpo o doblegar su moral. El mismo aguante para el calor y el frío; su manera de comer y beber, atemperada por las necesidades de la naturaleza, no por el placer; el tiempo de vigilia y de sueño, repartido indistintamente a lo largo del día o de la noche; el tiempo que le quedaba libre de actividad era el que dedicaba al descanso, para el cual no buscaba ni muelle lecho ni silencio: muchos lo vieron a menudo echado por el suelo, tapado con el capote militar, en medio de los puestos de guardia o de vigilancia militar. No se distinguía en absoluto entre los de su edad por la indumentaria, sí llamaban la atención sus armas y caballos. Era, con diferencia, el mejor soldado de caballería y de infantería a un mismo tiempo; el primero en marchar al combate, el último en retirarse una vez trabada la pelea. Las virtudes tan pronunciadas de este hombre se contrapesaban con defectos muy graves: una crueldad inhumana, una perfidia peor que púnica, una falta absoluta de franqueza y de honestidad, ningún temor a los dioses, ningún respeto por lo jurado, ningún escrúpulo religioso. Con estas virtudes y vicios innatos militó durante tres años bajo el mando de Asdrúbal, sin descuidar nada de lo que debiera hacer o ver quien iba a ser un gran general.

jueves, 5 de enero de 2023

Esta noche me emborracho, tango.

 Esta noche me emborracho (tango)

Carlos Gardel / Santos Discépolo


Sola, fané, descangayada, 

la vi esta madrugada

salir de un cabaret,

flaca, dos cuartos de cogote,

y una percha en el escote

bajo la nuez.

Chueca, vestida de pebeta,

teñida y coqueteando,

su desnudez parecía

un gallo desplumao,

mostrando al compadrear 

el cuero picoteao.

¡Yo qué sé cuándo no aguanto más!

Al verla así rajé, pa' no llorar.

Y pensar que, hace diez años,

fue mi locura...

que llegué hasta la traición

por su hermosura,

que esto que hoy es un cascajo,

fue la dulce metedura

donde yo perdí el honor;

que, chiflao por su belleza,

le quité el pan a la vieja,

me hice ruin y pechador;

que quedé sin un amigo,

que viví de mala fe,

que me tuvo de rodillas,

sin moral, hecho un mendigo

cuando se fue.

Nunca creí que la vería

en un requiéscat in pace

tan cruel como el de hoy.

¡Mire si no es pa' suicidarse,

que por ese cachivache

sea lo que soy!

Fiera venganza la del tiempo

que le hace ver deshecho

lo que uno amó.

Este encuentro me ha hecho

tanto mal,

que, si lo pienso más,

termino envenenao.

Esta noche me emborracho bien,

me mamo bien mamao

pa' no pensar.