[Eneas] habría de ser por el contrario quien gobernase una Italia
preñada de poder y del estrépito de la guerra, origen de una raza
de la noble sangre de Teucro, y daría sus leyes al orbe entero.
Sed fore qui grauidam imperiis belloque frementem
Italiam regeret, genus alto a sanguine Teucri
proderet, ac totum sub leges mitteret orbem.
Estas palabras que motivan la ruptura de Eneas con Dido resuenan luego en el libro VI:
(ciertamente lo creo), sacarán rostros vivos del mármol,
defenderán causas mejor, y los cursos del cielo
trazarán con el radio y dirán de los astros que surgen:
tú regir con tu imperio los pueblos, Romano, recuerda
(estas serán tus artes), y tu ley imponer en la paz,
respetar al sometido y derribar al soberbio».
Así el padre Anquises, y añade esto ante su asombro:
«Mira cómo Marcelo, insigne por los despojos opimos,
avanza y victorioso destaca sobre todos los hombres.
Este el Estado Romano, agitado por gran turbación,
sostendrá caballero, a Púnicos tirará y al Galo rebelde,
y las armas cogidas pondrá tres veces al padre Quirino».
«Mira cómo Marcelo, insigne por los despojos opimos,
avanza y victorioso destaca sobre todos los hombres.
Este el Estado Romano, agitado por gran turbación,
sostendrá caballero, a Púnicos tirará y al Galo rebelde,
y las armas cogidas pondrá tres veces al padre Quirino».
«Excudent alii spirantia mollius aera,
credo equidem, vivos ducent de marmore voltus,
orabunt causas melius, caelique meatus
describent radio, et surgentia sidera dicent:
Tu regere imperio populos, Romane, memento:
hae tibi erunt artes, pacisque imponere morem,
parcere subiectis et debellare superbos.»
Sic pater Anchises, atque haec mirantibus addit:
«Aspice, ut insignis spoliis Marcellus opimis
ingreditur uictorque uiros supereminet omnis.
hic rem Romanam magno turbante tumultu
sistet eques, sternet Poenos Gallumque rebellem,
tertiaque arma patri suspendet capta Quirino».
Otra traducción, de Rafael Fontán:
Labrarán otros con más gracia bronces animados
(no lo dudo), sacarán rostros vivos del mármol,
dirán mejor sus discursos, y los caminos del cielo
trazarán con su compás y describirán el orto de los astros:
tú, romano, piensa en gobernar bajo tu poder a los pueblos
(éstas serán tus artes), y a la paz ponerle normas,
perdonar a los sometidos y abatir a los soberbios.»
Así, el padre Anquises, y añade ante su asombro:
«Mira cómo llega Marcelo señalado por opimo
botín y vencedor sobresale entre todos los soldados.
Éste los intereses de Roma en medio de gran revuelta
afirmará a caballo, tumbará a los púnicos y al galo rebelde,
y colgará el tercero al padre Quirino las armas capturadas.»
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