Traducción al castellano
¡Adiós, colinas, para siempre adiós!
¡Oh sierras desiguales, que allí, en la patria mía,
de las nubes y el cielo de lejos distinguía,
por el reposo eterno, por el más azul color!
¡Adiós tú, viejo Montseny, que desde tu alto palacio
custodio vigilante, cubierto de nieve y niebla,
miras por una brecha la tumba del Judío,
y, en medio del mar inmenso, la mallorquina nave!
Yo tu superba frente conocía entonces
como pudiera conocer la de mis parientes.
Conocía también el son de tus torrentes
como la voz de mi madre, o de mi hijo los llantos.
Mas, arrancado después por hados adversos,
ya no conozco ni siento como en veces mejores;
así de un árbol migrado a tierras apartadas
los frutos pierden el sabor y su perfume las flores.
¿Qué me vale que un engañoso destino me haya sacado
a ver más cerca las torres de Castilla,
si el canto del trovador no oye mi oído
ni despierta en mi pecho un generoso recuerdo?
A mi dulce país en alas me transporto,
y veo del Llobregat la playa serpentina,
que, fuera de cantar en lengua lemosina,
no más placer me queda, ni tengo otro consuelo.
Pláceme todavía la lengua de aquellos sabios,
que llenaron el universo con sus costumbres y leyes,
la lengua de aquellos fuertes que acataron los reyes,
defendieron sus derechos y vengaron sus agravios.
¡Muera, muera el ingrato que, al sonar en sus labios
por extraña región el acento nativo, no llora,
quien al pensar en sus hogares no arde ni añora,
ni toma del muro sagrado la lira de sus abuelos!
En lemosín sonó mi primer vagido,
cuando del pezón materno la dulce leche bebía;
en lemosín al Señor oraba todo día,
y cánticos lemosinos soñaba cada noche.
Si, cuando me encuentro solo, hablo con mi espíritu,
lemosín le hablo, que otra lengua no entiende,
ni en mi boca entonces sabe mentir ni miente,
pues nacen las razones del centro de mi pecho.
¡Sal, pues, para expresar el afecto más sagrado
que en el corazón del hombre pueda grabar mano del cielo,
oh lengua a mis sentidos más dulce que la miel,
que me retornas las virtudes de mi inocente edad!
¡Sal, y grita por el mundo que ya mi corazón ingrato
no cesará de cantar de mi patrón la gloria
y pase por tu voz su nombre y su memoria
a los propios, a los extraños, a la posteridad!
En catalán original
(con la ortografía antigua)
Adéu-siau, turons, per sempre adéu-siau,
Oh serres desiguals, que allí, en la pàtria mia,
Dels núvols e del cel de lluny vos distingia,
Per lo repòs etern, per lo color més blau.
Adéu tu, vell Montseny, que des ton alt palau,
Com guarda vigilant cobert de boira e neu,
Guaites per un forat la tomba del Jueu,
E al mig del mar immens la mallorquina nau.
Jo ton superbe front coneixia llavors,
Com conèixer pogués lo front de mos parents,
Coneixia també to so de tos torrents,
Com la veu de ma mare o de mon fill los plors.
Mes, arrencat després per fats perseguidors,
Ja no conec ni sent com en millors vegades;
Així d'arbre migrat a terres apartades,
Son gust perden los fruits e son perfum les flors.
Què val que m'haja tret una enganyosa sort
A veure de més prop les torres de Castella,
Si el cant del trobador no sent la mia orella,
Ni desperta en mon pit un generós record?
En va a mon dolç país en ales jo em transport,
E veig del Llobregat la platja serpentina,
Que fora de cantar en llengua llemosina,
No em queda més plaer, no tinc altre conhort.
Plau-me encara parlar la llengua d'aquells savis,
Que ompliren l'univers de llurs costums e lleis,
La llengua d'aquells forts que acataren los reis,
Defengueren llurs drets, venjaren llurs agravis.
Muira, muira l'ingrat que, en sonar en sos llavis
Per estranya regió l'accent nadiu, no plora,
Que en pensar en sos llars, no es consum ni s'enyora,
Ni cull del mur sagrat la lira dels seus avis!
En llemosí sonà lo meu primer vagit,
Quan del mugró matern la dolça llet bevia;
En llemosí al Senyor pregava cada dia,
E càntics llemosins somiava cada nit.
Si quan me trobo sol, parl amb mon esperit,
En llemosí li parl, que llengua altra no sent,
E ma boca llavors no sap mentir ni ment,
Puix surten més raons del centre de mon pit.
Ix, doncs, per a expressar l'afecte més sagrat
Que puga d'home en cor gravar la mà del cel,
Oh llengua a mos sentits més dolça que la mel,
Que em tornes les virtuts de ma innocenta edat.
Ix, e crida pel món que mai mon cor ingrat
Cessarà de cantar de mon patró la glòria
E passe per ta veu son nom e sa memòria
Als propis, als estranys, a la posteritat.
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