P. Calderón de la Barca, La vida es sueño, fin de la jornada II:
CLOTALDO
(Enternecido se ha ido.
el Rey de haberlo escuchado).
Como habíamos hablado
de aquella águila, dormido,
tu sueño imperios han sido;
mas en sueños fuera bien
honrar entonces a quien
te crió en tantos empeños,
Segismundo; que aun en sueños
no se pierde el hacer bien.
SEGISMUNDO
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos:
y sí haremos; pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir solo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive sueña
lo que es, hasta dispertar.
Sueña el rey, que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
Y en cenizas lo convierte
la muerte; ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar,
viendo que ha de dispertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece,
Sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza,
Sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño, que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé, que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí:
¿qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños sueño son. [...]
III
[El príncipe Segismundo es liberado e instado por varios soldados rebeldes al rey Basilio a que tome el mando de la rebelión]
SOLDADO
Sal pues; que en ese desierto
ejército numeroso
de bandidos y plebeyos
te aclama; la libertad
te espera; oye sus acentos.
¡Viva Segismundo, viva! (dentro)
SEGISMUNDO
¿Otra vez? ¿Qué es esto, Cielos?
¿Queréis que sueñe grandezas
que ha de deshacer el tiempo?
¿Otra vez queréis, que vea
entre sombras y bosquejos
la majestad y la pompa
desvanecida del viento?
¿Otra vez queréis, que toque
el desengaño o el riesgo
a que el humano poder
nace humilde y vive atento?
Pues no ha de ser, no ha de ser;
miradme otra vez, sujeto
a mi fortuna y, pues sé
que toda esta vida es sueño,
idos, sombras, que fingís
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad,
que ni tenéis voz ni cuerpo.
Que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero,
fantásticas ilusiones
que al soplo menos ligero
del aura han de deshacerse,
bien como el florido almendro,
que por madrugar sus flores,
sin aviso y sin consejo,
al primer soplo se apagan,
marchitando y desluciendo
de sus rosados capillos
belleza, luz y ornamento.
Ya os conozco, ya os conozco,
y sé que os pasa lo mesmo
con cualquiera que se duerme.
Para mí no hay tingimientos;
que desengañado ya,
sé bien, que la vida es sueño.
[...]
Y con esta prevención
de que cuando fuese cierto,
es todo el poder prestado,
y ha de volverse a su dueño,
atrevámonos a todo.
[...]
(tras perdonar a Clotaldo)
A reinar, Fortuna, vamos;
no me despiertes, si duermo,
y si es verdad, no me aduermas.
Mas sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa;
si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos.
[...]
BASILIO
¿Quién, Astolfo, podrá parar prudente
La furia de un caballo desbocado?
¿Quién detener de un rio la corriente,
que corre al mar soberbio y despeñado?
¿Quién un peñasco suspender valiente
de la cima de un monte desgajado?
pues todo fácil de parar se mira
más que de un vulgo la soberbia ira.
Dígalo en bandos el rumor partido;
pues se oye resonar en lo profundo
de los montes el eco repetido:
unos, "Astolfo", y, otros, "Segismundo".
El dosel de la jura, reducido
a segunda intención, a horror segundo,
teatro funesto es, donde importuna
representa tragedias la fortuna.
ASTOLFO
Señor, suspéndase hoy tanta alegría,
cese el aplauso y gusto lisonjero,
que tu mano feliz me prometía;
que si Polonia (a quien mandar espero)
hoy se resiste a la obediencia mía,
es porque la merezca yo primero.
Dadme un caballo, y de arrogancia lleno
rayo descienda el que blasona trueno.
BASILIO
Poco reparo tiene lo infalible,
y mucho riesgo lo previsto tiene;
si ha de ser, la defensa es imposible,
que quien la excusa más, más la previene.
¡Dura ley! ¡Fuerte caso! ¡Horror terrible!
Quien piensa huir el riesgo, al riesgo viene;
con lo que yo guardaba me he perdido:
yo mismo, yo, mi patria he destruido.
[...]
(el rey Basilio, derrotado)
¿Hay mas infelice Rey?
¿Hay padre más perseguido?
CLOTALDO
Ya tu ejército vencido
Baja sin tino ni ley.
ASTOLFO
Los traidores, vencedores
Quedan.
BASILIO
En batallas tales
los que vencen son leales,
los vencidos, los traidores.
Huyamos, Clotaldo, pues
del cruel, del inhumano
rigor de un hijo tirano.
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