sábado, 15 de agosto de 2015

Anónimo, Castigos y ejemplos de Catón, siglo XIII,

Aquí comiençan los castigos y doctrinas
que dio el sabio Catón a su hijo

   A Roma fue un hombre que dezían Catón,
castigava a su hijo con muy gran devoción,
como pusiesse su vida en buena intención,
guarneciolo de costumbres y de buena razón.
   Assí como el padre el hijo nombre avía,
en los castigos del padre el coraçón tenía,
en dichos y en hechos al padre bien seguía,
assí como oyréys, el padre le dezía.
    Y como el moço de su padre era mandado,
y en no saber costumbres era muy abarado,
de lo que le castigó tomó muy gran cuydado,
començose a guarnecer por ser bien doctrinado.
    Todo hombre que quisiere ser bien enseñado,
en aqueste mi romance ponga su cuydado,
que si él bien guardare lo que aquí es mandado
puede ser bien dichoso y bien aventurado.
    "Agora mi hijo te quiero castigar,
y en quanto yo pudiere te quiero mostrar,
si tu coraçón quisieres en ello ordenar,
hijo mis mandamientos deves guardar. 
    Lo que yo hijo te mando, sobre todo mandamiento,
que te humilles a Dios siempre de buen talento,
ca Él hizo el cielo con todo el firmamento,
el fuego, y el agua, la tierra y el viento.

   A tu padre y a tu madre mucho los honrarás,
y a tus parientes también los amarás,
que por esto largamente sobre la tierra bivirás,
y si fueren menesterosos por ellos afanarás.

  Tú muy sabiamente yrás al mercado,
y de lo que mercares no quedes engañado,
sino por aventura ay no serás ayrado,
y tú mismo verás que eres bavieco provado.

  Otrosí, mi hijo, sey siempre mesurado,
porque entre las gentes tú seas más honrado,
usa de limpieza en tu vestido y calçado,
y a todas las gentes serás muy bien hablado.

  Si ovieres lazería, llévala con alegría,
porque la puedas sufrir solamente un día,
y en tu coraçón avrás grande alegría,
ca mejor bivirás alegre que lazerado toda tu vida.

  A ningún hombre del mundo no quieras reprehender,
en dichos ni en hechos no lo quieras hazer,
que si tú, hijo, reprehendedor quieres ser,
por exemplo de ti, querrán escarnecer.

  El que no quiere más de lo que manda natura,
que aya parayso quando fuere su mesura,
éste será rico y avrá vida segura,
assí que de avaricia no deves aver a cura. 


  No quieras el dinero por la forma amar,
mas ama el provecho que d'él podrás cobrar,
ca ningún hombre santo no quiere cobdiciar
la forma del dinero ni lo quiere allegar.

  Hijo, lo que leyeres haz, que bien lo entiendas,
que el que no entiende y lee las leyendas
es tal como el cavallo que no se rige por riendas,
y anda desvariado por carreras o por sendas.

  Si por tu gran locura la riqueza que tienes
pierdes y todo lo tuyo y a pobreza vienes,
no digas que la ventura te haze perder tus bienes,
mas di que la locura lo haze, que tú tienes. 

  El hecho que supieres que es muy mal obrado,
no lo consientas, hijo, ni tengas encelado,
que aquel que encubre el sabido pecado
es tenido por malo y es mal infamado.

  Hijo mío, lee muchos libros, otrosí los ditados,
de todo lo que dizen no hagas sus mandados,
ca muchos de los maestros en algo son culpados,
por do no son creydos, ni sus hechos obrados.

  Quando fueres combidado no seas hablador,
ca no es cortesía, mas es gran desonor,
llamarte han parlero, otrosí dezidor,
tenerte han por loco y no será tu honor.

  Quando fueres ayrado y llorare tu muger,
hijo, las sus palabras no quieras creer,
ca por ello llora, porque te pueda vencer,
y por lo que ella quiere, que tú no quieres hazer.


  Despiende lo que has ganado siempre con mesura,
nunca uses mal dello, ni hagas dello locura,
ca quien lo suyo gasta, por su mala ventura,
pide después a otros quando es en rencura.

  No quieres membrarte de la lid ya passada,
ni de la mala palabra que te fue denostada,
ca nunca jamás al bueno le plaze retraer nada,
sino aquél que viene de gente mal badada.

  Mira tú, mi hijo, que como tú quieres tomar,
assí de buen grado de lo tuyo deves de dar,
ca por esto tu amigos te querrán mejor acatar,
que obras hazen querencias, por do se suelen amar.

  Quando tus siervos te yerran sey pagado,
y no quieras contra ellos ser fuertemente ayrado,
da lugar a tu yra y sey mucho mesurado,
que no nació en el mundo ninguno sin pecado.

  Mira que no barajes con quien has amistad,
mas sírvelo de grado con toda lealtad,
ca de la saña siempre nace yra y enemistad,
y con cordura se cría amor y caridad.

  E si tú con algún hombre ovieres contención,
aunque puedas vencerlo espacia tu coraçón,
ten en ti paciencia, aunque seas follón,
ca esta es bondad mayor que quantas son.

  Hijo, mira que guardes bien lo que has ganado
con la lazería muy fuerte y tu cuerpo sudado,
ca si tu amor pierdes, por tu mal recaudo,
de aquello que avrás siempre, pesar y muy gran cuydado. 


  Hijo, si por ventura algun bien tú ovieres,
sirve al los que amares y los que conoscieres,
y a ti buena parte harás mientra[s] bivieres,
serás bienaventurado si esto tú hizieres.

  Si las labores de la tierra quisieres aprender,
el libro de Virgilio te esfuerça a leer,
ca ay puedes aprender cómo has de hacer,
y eé te mostrará si lo quisieres saber.

  Si por aventura ovieres tal cuydado
que la virtud de las yervas quieras saber de grado,
pregunta por don Macer y lee su ditado,
guarecerás al doliente, al sano avrás pagado.

  Si quieres saber las batallas romanas
que fueron mucho grandes, otrosí las africanas,
leerás a don Lucano que las dize muy llanas,
ellas y otras muchas te contará muy loçanas.

  Si por aventura quisieres saber amar,
Ovidio en su arte lo suele demostrar,
cómo deven los hombres con las mugeres hablar,
y cómo tú deves con ellas razonar.

  Hijo, a los que conoces haz bien y con buen tiento,
ca digo gran verdad y cree que no miento,
más vale buen amigo ganar por servimiento
que no procurar ruego de un vil avariento.

  ¿Qué cosa es en el que puede estar?
Es la poridad de Dios que lo quiso assí criar,
tú tal cosa como ésta no quieras preguntar,
que en cosas celestiales no eres digno de hablar.


  No quieras contender ni hazerte ayrado
sobre lo que sabes ni eres acordado,
ca quando el coraçón es fuerte desmesurado
no mira ninguna cosa hasta que ha herrado.

  Si por ti o por otro quieres de despender,
despiende con mesura pues lo has de hacer,
y no seas escasso a do no lo has de ser,
mas sey un poco largo y avrán que agradecer.

  No quieras tú, mi hijo, lo poco menospreciar,
y lo que mucho fuere no lo deves de amar,
que muy más llanamente suele la nave andar
a las veces por el río que no haze por la mar.

  Si algún tu amigo supieres que es culpado,
el mal que d'el supieres téngelo encelado,
que más vale que tú solo seas despagado
que no sea de todos por ti menospreciado.

  No quieras usar con hombres que son mal informados,
porque de tus ganancias vienen siempre pecados,
y muchos en gran tiempo encubren malos recaudos
y lazerán después quando son manifestados.

  Mándote que no te allegues a consejo apartado
hasta que tú seas a la poridad llamado,
salvarás a todo hombre que fuere alegre y pagado,
y recibe a tu mayor en tu lugar honrado.

  Hijo, a tu maestro mucho lo deves temer,
vergüença y mesura en ti deves aver,
con tu buena compaña no deves contender,
mas de buenas costumbres los deves guarnecer.


  Deves por amistad a los hombres allegar,
y después los sabiamente saber desengañar,
y deves a tus amigos de grado emprestar,
y lo que les emprestares sábeselo demandar.

  Hijo, no seas ufano ni grande combidador,
tú siempre haz mesura porque ganes honor,
sobre todo te mando que no seas dormidor,
y sey de tu muger muy leal amador.

  Hijo, si tú jurares, no seas perjurado,
en el bever del vino sey siempre mesurado,
en defender lo tuyo serás bien esforçado,
esfuerça como bueno, no quedes desonrado.

  No quieras en locura tu vida emplear,
a los malos lisongeros no quieras escuchar,
compañía de putas dévesla esquivar,
ca si assí lo hizieres no puedes herrar.

  Por aprender las letras deves esforçar,
lo que tú aprendieres déveslo recordar,
si supieres la ley, la qual es de prestar,
dévesla a tus hijos noblemente mostrar.

  El mal que te dixeren, que en ti deves aver,
súfrelo de buen grado, no te quieras entristecer,
ca suelen estos males primero acaecer,
porque mayor tristeza suelen después traer.

  Todo hombre por natura nace despojado,
sin paño y sin vestido y sin calçado;
aunque ayas pobreza no seas desmayado,
mas en la mayor prueba serás más esforçado.


  No quieras sin mesura tu vida despender,
gran miedo de la muerte no quieras aver,
siempre toma alegría con quien la sueles tener,
ca siempre temer la muerte haze la vida perder.

  Aunque tus amigos no te quieren membrar
del bien y del servicio que tú les solías far,
por esto tu Dios no quieras detestar,
mas a tus pecados deves la culpa echar.

  Harás de tu aver despensa mesurada,
porque siempre tu vida sea mejor abastada,
ca si mirar quieres cómo la riqueza es ganada,
hallarás que despensa deve ser bien tentada.

  No prometas dos vezes lo que no puedas dar,
lo que prometieres no lo quieras negar,
no ayan que dezir, los que de ti quieren burlar,
que no es cortesía prometer y no dar.

  Quando con dulces palabras te quieren induzir,
mira que no es tu amigo el que te viene a embayr,
respóndele de tal manera que lo puedas escarnir,
porque bien escarnecido se pueda de ti partir.

  No quieras palabras muy dulces despender,
como haze el pajarero, que las aves suele prender,
ca quien engañoso es, tal le deven ser,
y quien a otro engaña, engañado deve ser.

  Si tú ovieres hijos y no ovieres riqueza,
muéstrales algún saber de arte o de sotileza,
con que puedan escusar la cuyta y la pobreza,
porque no sean pobres ni se den a ninguna vileza.


  Hijo, lo que tú a otros sueles reprehender,
tú no lo hagás, hijo, ni lo quieras menos hazer,
ca grave cosa es, y no de buen parecer,
si el reprenhendedor se haze reprehender.

  Hijo, la tal cosa deves tú de demandar
que sea convenible y sea para dar,
que grande locura es, por gran cosa rogar,
que con muy gran derecho, te la puedan negar.

  Mira tú, mi hijo, aquesta triste vida
cómo de muchos peligros fuertemente es combatida,
y quando no sabemos nos es fallecida,
por ende mientras bivieres de bienes la ten guarnida.

  Con tu compañero no quieras contender,
y aunque contiendas no pongas tu poder,
aunque con gran fuerça tú lo puedas vencer,
ca los buenos amigos no suelen assí hazer.

  No creas en sueños ni ayas dellos cuydado,
que no es nada el sueño ni otro ningún hado,
sino lo que de día el hombre ha pensado
vee de noche en sueños y anda mucho errado.

  Hijo, este mi ditado quieras aprender,
entiende lo que te digo y quiérelo creer,
de mis mandamientos tú te quieras guarnecer,
ca sabe que este mundo te avrá de fallecer.

  Mostrarte he la vida cómo la manternás,
y de mis mandamientos como te guarnecerás,
si no me escuchares y me menopreciarás,
el menospreciado tú mesmo quedarás.


  Si fueres buen hombre y bien acostumbrado,
de dicho de hombre malo no tengas cuydado,
que aquel que es buen hombre por muchos es loado,
y por dicho de malos no es menospreciado.

  Quando fueres traydo en prueva por testigo,
di verdad sin vergüença y haz lo que te digo,
aunque a otro haga mal y sea tu amigo,
súfrelo y dale passada, no hagas de ti enemigo.

  Buen consejo de hombre moço no quieras menospreciar,
mas de todo hombre buen consejo debe tomar,
si fueres viejo, por vergüença no lo deves rehusar,
porque en alguna cosa te puede aprovechar.

  Ante piensa la cosa que te aya de venir,
mirarás el daño que se te puede seguir,
porque ligeramente della puedas salir,
no digas: "¿quién pensara que me pudiera dezir?"

  En las cosas contrarias no quieras entender,
esperança del bien siempre la deves aver,
ca el que desprecia mucho mal suele caer,
y siempre a las vezes le suele acaecer.

  Si ovieres muchos bienes, haz tú provecho dellos,
los bienes que ovieres, sey para despendellos,
no seas como el calvo, quando avía cabellos,
que los precia poco, y después quedó sin ellos.

  Déveste de membrar lo que es ya passado,
el tiempo que vieniere, míralo de buen grado,
assí como el mes, que es de enero llamado,
mira el año que viene, y al otro que es andado.


  Porque seas más sano, no quieras mucho comer,
de otras cosas mucho te deves retraer,
ca la salud del cuerpo en mucho deves tener,
porque con salud mucho podrás hazer.

  Sobre todas las cosas, esto deves mirar,
cómo ayas salud y puedas sano estar,
ca si fueres enfermo, a ti deves de culpar,
y no al tiempo fuerte, que te haze enfermar.

  De dicho ni de hecho no te quieras alabar,
ca es gran locura y de mal semejar,
y a muchos su fama le haze abaxar,
porque de sus hechos propios se suelen loar.

  Hijo, lo tuyo templadamente deves despender,
mientra[s] lo que has ganado tienes en poder,
ca lo que en gran tiempo ganado suele ser,
en muy chico rato se va todo a perder.

  Sey sabido do devires y haz toda mesura,
con los locos haz locura y con los cuerdos cordura,
esfuérçate quanto pudieres de aver esta natura,
a do jugaren juega, a do burlaren burla.

  Escusa tú, mi hijo, aquestos dos peccados,
luxuria y avaricia en uno ayuntados,
porque el uno y el otro son muy apoderados,
y son quantos los siguen por ello desonrados.

  Cree tú, mi hijo, al hombre verdadero,
y no quieras creer al hombre lisongero,
ca lo haze por arte y no con buen tercero,
ca creer su verdad es coger agua en harnero.


  Hijo, quando bevieres déveste de castigar,
ca por mucho bever puédeste infamar,
y no deves al vino alguna culpa echar,
mas culpa a ti mismo, que no te quieres templar.

  Descubre tu poridad al hombre verdadero,
que lo sepa callar y no sea parlero;
cuenta tu enfermedad clara por entero
al físico, que curarla sabrá bien por entero.

  No demandes de balde lo que tu no darás,
a tu leal amigo bien lo visitarás,
de muger ni de hombre escarno no harás,
si no el escarnecido tú mismo serás.

  A juyzio de muchos te deves allegar,
como juzgan los pleytos, déveslos escuchar,
y déveste sabiamente contigo aconsejar,
porque en tus obras no puedas herrar.

  Hijo, ante el juez con mesura deves hablar,
pero huye de pleyto, no lo quieras porfiar,
ca de pleyto siempre viene al otro engañar,
y en fin de todo ello se viene a ygualar.

  Segura bien tu vida cómo has de bivir,
y de buenas costumbres cómo la deves guarnir,
escusa tus pecados, no los quieras seguir,
ca las buenas virtudes suelen contradezir.

  Pues que muchas cosas tú puedas conocer,
esfuerça como bueno en tu vida mantener,
mientra[s] que bivieres, no cesses de aprender,
que quando tú no pensares, dexarás de ser.


  Quando arrebatadamente fueres ensañado,
da lugar a tu coraçón, no seas acelerado,
ca en tiempo de la yra no ay seso acordado,
y por falso juyzio podrás ser engañado.

  Sey bravo do vieres, no te quieras amansar
otrosí sey manso y no te dexes abaxar,
ca bien sabe el cuerdo dó se debe ensañar,
sabe bien responder, otrosí bien callar.

  Si por aventura tu muger se querella
de los siervos de casa, no ayas cuydado della,
porque a los que tú amas, no los ama ella,
y porque tú los amas, por ello te rebella.

  Con hombre que sea parlero no quieras contender,
porque ninguna mesura puede en sí aver,
y porque en tales cosas te podrá poner,
que ante todo el pueblo ayas de fallescer.

  De tablas de dados no seas jugador,
ca no podrás tú, hijo, hazer mayor error,
como si mintiesses y fuesses dezidor,
y nunca menosprecies al que fue tu menor.

  Sobre todas las cosas te mando yo aquesta:
hijo, al escrevir ternás la mano presta,
y aprender bien a nadar y tirar con ballesta,
porque no digan de ti peor que de una cesta.

  Quando te assentares a la mesa y quisieres comer,
primero te lava[s] las manos y a Dios quieras ofrecer
la oración suya, ca esto te cumple hazer,
y si otros fueren presentes, déveslo hazer.


  Con tu compañero no quieras contender,
ni en poco ni en mucho no le hagas desplazer,
ca muchas vezes gran lid suele nascer,
de las dichas palabras que los hombres suelen aver.

  Por suerte ni por al, no quieras demandar
qué cosa la ventura, que el hado te quiso dar,
sepas que ha poder el que la ventura quiso dar,
de dar bienes de fortuna y a las vezes los quitar.

  Dexa la embidia, no la quieras seguir,
que aquél que a buen juyzio no espera bivir,
no deves aver embidia, pues sabes que has de morir,
pues que es tan triste cosa, déveste della partir.

  Juega con el trompo en la tabla pintada,
y sigue tu menester y avrás vida pagada,
en boto de tu fuerça no quieras hazer nada,
porque más vale buen seso que no fuerza apoderada.

  Primeramente piensa lo que has de hazer,
con tu padre ni con tu madre no quieras contender,
a los que son buenos, bien los deves querer,
y del bien que te hizieren, acordado deves ser.

  Hijo, de lo ageno no seas codicioso,
ni fueres combidado, habla muy humildoso,
no seas de tu cuerpo artero ni sospechoso,
por ruego, ni pecho, ni premia, nunca seas alevoso.

  Sigue, hijo, mis palabras, entiende bien mi razon,
sobre todas las cosas que en el mundo son,
a Dios nuestro Señor honra en toda sazón,
con buena voluntad y con todo el coraçón.


  Levántate de mañana, no quieras mucho dormir,
ca dormir sin mesura haze al hombre morir,
y haze a los hombres muchos males seguir,
después que no pueden, viéne[n]se arrepentir.

  Si quieres con los hombres siempre en paz estar,
refrena tu lengua de mucho hablar,
ca el hombre que sabe, demuestra callar,
es cercano a Dios, que lo quiso criar.

  Tú, mi hijo, no quieras adevino contigo,
que de hombre nacido no puede ser amigo,
que aquel que no sabe concordarse consigo,
anda desvariado, hijo, verdad te digo.

  De los hombres reboltosos te deves arredrar,
a las buenas costumbres te deves allegar,
de persona del mundo no quieras de tratar,
que no bive en el mundo ninguno sin pecar.

  Si alguna cosa tienes en tu poder,
que por aventura te podría empecer,
aunque tú la tengas, devesla aborrecer,
y deves más amar el provecho que el aver.

  Si tu muger fuere loçana, sábela bien hablar,
si fuere bien cortés y de buen semejar,
súfrela y dale passada y no la quieras amenazar,
ca si mucho la amenazas, antes la harás errar.

  Hijo, si alguna cosa te ovieren prometida,
no digas que es tuya hasta que la ayas avida,
ca es su dicho vano y en cabo es salida,
y a las vezes la gran cosa es chica por no ser complida.


  Hijo, si en tu presencia alguno te quiere hablar,
tú por su alabança no te quieras pujar,
si es en ti algo de aquello, tú lo deves pensar,
y no quieras del otro más que de ti fiar.

  El bien que te hizieren a muchos lo dirás,
aunque sea poco, en mucho lo ternás,
del bien que tú hizieres, nunca te alabarás,
el servicio que hizieres, nunca lo retraerás.

  Si alguno vieres hablar en apartado,
déxalos en su habla hasta que ayan acabado,
si necessidad te aquexa en llegar, sey sossegado,
y no llegues a consejo do no fueres llamado.

  En esta vida prestada, hijo, no te fíes,
en tener con ella fiuzia, hijo, nunca confies,
de todos los peccados tu coraçón desvíes,
piensa en Dios y en sus obras y en Él siempre guíes.

  Fuerça de chico hombre no quieras menospreciar,
ca aunque la natura más no le quiso dar,
de su seso y entendimiento se puede aprovechar,
ca con su seso y saber gran fuerça puede dañar.

  Quando comieres, hijo, no te quieras mucho reyr,
ca se parece la vianda por la boca mucho abrir,
y en el comer, maxcando hase de encobrir,
otrosí sobre la mesa poco deves departir.

  Quando tu maestro te quisiere herir,
deves su castigo humilmente recebir,
ca por esso te castiga y te quiere corregir,
porque bivas enseñado, hijo, para dios servir. 


  Aquellas cosas manda que te puedan valer,
en las que son ciertas no quieras entender,
ca te puede venir mal y por ello padescer,
en tal lugar trabaja que te pueda protexer.

  Aquello que te pidieren, si luego lo puedes dar,
no quieras detenerlo, ni lo quieras alongar,
ca es buena ganancia al hombre emprestar,
porque en algunos lugares te puede aprovechar.

  Si tú de alguna cosa ovieres sospecha,
piensa si te daña o si te aprovecha,
ca a las vezes desto nace contienda estrecha;
hijo, tal cosa como esta, siempre la desecha.

  Aunque algunas cosas te ayan de fallecer,
de las que en esta vida te hazen menester,
a Dios nuestro Señor deves en mientes tener,
que nunca desfalleció a quien lo supo temer.

  Hijo, si en tu cuerpo sientes fuerça apoderada,
haz que a tu poder no sea abaxada,
y nunca por gran fuerça quieras hazer nada,
que mas vale seso que fuerça demasiada.

  Aprende de los sabios, quiéraslos honrar,
a los que poco saben quiéraslos enseñar,
que el hombre enseñado puede aprovechar,
a sí y aun a otros si lo quieren mostrar.

  Tanto deves bever que no te arrepientas,
porque aya en ti fuerça y dello mal no sientas,
que si en este error, hijo, no te tientas,
bivirás en pecado y avrás muchas afrentas.


  Lo que ordenan algunos, tú mucho afamares,
mal te parecerá si después lo denostares,
dirán que tienes dos bocas, hijo, o tres paladares,
serás de poco seso si desto no te guardares.

  Aquel que te desonra, aunque ayas en él poder,
dévesle dar passada, si no te puede empecer,
ca quien a las vegadas te haze desplazer,
aun por ventura tu amigo querrá ser.

  Hijo, a tu amigo, con quien tuviste amistad,
si te quiere tener saña o mala voluntad,
no le hagas ningún daño por deslealtad,
que pena tiene contigo en no guardar la verdad.

  Porque seas gracioso siempre sirve de grado,
porque siempre te honren y seas bien infamado,
y guarda que el servicio, que gran tiempo has lazerado,
no lo pierdas en un punto y quedes desonrado.

  Hijo mío mucho amado, no seas sospechoso,
no seas desdeñado ni seas temoroso,
ca el que es tal, siempre es rencoso,
ten con Dios buen amor y huye de ser celoso.

  Si algun mandamiento comprares por tu aver,
haz de manera que sea a todo tu plazer,
apiádate del siervo que tienes en tu poder,
que hombre es como tú y Dios lo hizo nacer.

  Si en la primera vez tu ovieres buena ventura,
sábelo bien guardar, no caygas en rencura,
ca el que lo suyo pierde, por tu desventura,
ha de pedir a otro y siempre bive en tristura.


  Hállase que mueren los malos y han fin mal acabada,
porque no amaron a Dios ni por Él se dieron nada,
arrebatada fue su muerte y su vida penada,
en vano fue su yda y en vano su tornada.

  Si ovieres muger y fueres bien infamado,
y con grandes riquezas fueres bienaventurado,
guárdate de mala muger y de amor desordenado,
porque no bivas triste y por ella desonrado.

  Si grandes riquezas tienes en tu poder,
como en algún tiempo antes las solías tener,
no pierdas tu oficio ni tu menester,
si abastado fueres de algun poco de saber.

  Si ovieres gran fama y bondad y nobleza,
y falleces dello, bivirás en tristeza,
sabe que a toda cayda vence la sabieza,
unos biven por arte otros por sotileza.

  Hijo, lo que tu ovieres de suerte o partición,
escrívelo en tu tabla, guardado en tu coraçón,
y siempre lo acrecienta en toda sazón,
porque los que te conocen no den de ti mal son.

  Hijo, la agena vida no la podemos saber,
si nos puede aprovechar o nos puede empecer,
en tal cosa trabaja, que la puedas proveer,
y no seas perezoso do no lo deves ser.

  En buen acatamiento tu vida deves dexar,
no ayan que escarnecer o que de ti burlar,
tal cosa comiença, que le puedas cabo dar,
ca comienço sin medio y fin no es de loar.


  En las alegres cosas ternás la peoría,
y en las tristes cosas ternás gran mejoría.
otrosí de las riquezas tomarás la menoría,
ca tras la gran lazería viene la gran alegría.

  Nunca mientra[s] bivieres ceses de aprender,
siempre de buenas costumbres te deves de proveer,
ca por mucho estudio el seso te puede crescer,
que la sabiduría gran uso quiere aver.

  No seas a tus amigos muy grande halagador,
ni les seas delante mucho alabador,
ca en un día se prueba entre ellos el amor,
y quál es el buen amigo y quál es el peor.

  Nunca jamás barajes con hombre nascido,
de lo que tú no sabes no te hagas sabido,
que el que algo sabe de otros es conoscido,
y el que algo no sabe queda por nescio tenido.

  Escucha la baraja que de ti puede salir,
al vino y a la lujuria no los quieras seguir,
ca siempre destas cosas gran daño suele venir,
mas de buenas costumbres tú deves guarnir.

  Hijo, nunca barajes con hombre callantío,
ca es gran traydor qual hombre nunca vido,
ca aquel que de que[r]do cree que no es sandio,
puedes tomar semajança en el hondo y manso río.

  Quando has avido daño y has mucho perdido,
conórtate con algunos que mayor mal han tenido,
y sufren mucho mas daño que a ti te es venido,
y tu perdida y tu daño sea a ti sabido.


  Hijo, aquella cosa comiença que puedas acabar,
y no comiences cosa que te pueda dañar,
que muy más llanamente suele la nave andar,
a las vezes por el río que no haze por la mar.

  No pienses que mucho tienes de bivir,
que no sabe hombre nascido quándo ha de morir,
ni de día ni de noche sabe quando ha de yr,
ca la sombra de la muerte al cuerpo suele seguir.

  Sobre todos tus bienes, tu cuerpo ten guardado,
más ternás tu ánima que lo tenga mandado,
que aunque seas hombre y bienaventurado,
no te valdrán riquezas ni quanto has ganado.

  Deves de hablar poco y con templado coraçón,
quando alguno te hablare escucha bien su razón,
no respondas muy presto hasta ver su intención,
que responder do no deves no es buena razón.

  Hijo, todo te lo he dicho quanto dezirte quería,
entiende bien mis palabras y síguelas en toda tu vida,
y en el coraçón avrás gran mejoría.
Hijo, a Dios te encomiendo y a la Virgen María.

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