viernes, 11 de agosto de 2023

Fermín Sacristán, Pesca infructuosa

PESCA INFRUCTUOSA

Despareció un gañán en Peñalperros
y asesinado le creyó la fama,
llenándose de cuentos las mil fojas
de la oportuna causa. 

Procesose a un vecino desgraciado,
sin que el cuerpo del muerto resultara,
y, en defensa del reo, su letrado
largó esta perorata:

«Se ha buscado al difunto en todas partes,
y el mismo procesado vio en su casa
al juez, al escribano y alguaciles,
que constan en el acta.

Sospechó la justicia que en un pozo
el presunto interfecto se encontraba,
y, aunque echaron el gancho los ministros,
todo era sombras y agua.

Harto ya el señor juez de dilaciones,
cogió los hierros sin decir palabra
y, a pesar de su celo en la maniobra,
solo arañó las tapias.

Limpiándose el sudor y convencido
de no haber en el pozo cosa extraña,
dijo, dando el anzuelo al escribano:
— ¡A ver usted qué agarra!

Sonrió el aludido satisfecho,
echó los garfios, los movió con ansia,
y, seguro del éxito, decía:
— ¡A mí no se me escapa!

Creyó sentir un poso, izó ligero
y... ¡asómbrese la sala...!
¡Fue la primera vez que el escribano
tampoco sacó nada!»

FERMÍN SACRISTÁN

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