domingo, 3 de septiembre de 2023

Poemas de renuncia y desamor de Andrés Eloy Blanco, José Ángel Buesa y Ernesto Cardenal

 LA RENUNCIA (Andrés Eloy Blanco)


He renunciado a ti. No era posible

Fueron vapores de la fantasía;

son ficciones que a veces dan a lo inaccesible

una proximidad de lejanía.


Yo me quedé mirando cómo el río se iba

poniendo encinta de la estrella...

hundí mis manos locas hacia ella

y supe que la estrella estaba arriba...


He renunciado a ti, serenamente,

como renuncia a Dios el delincuente;

he renunciado a ti como el mendigo

que no se deja ver del viejo amigo;


Como el que ve partir grandes navíos

como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;

como el perro que apaga sus amorosos bríos

cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;


Como el marino que renuncia al puerto

y el buque errante que renuncia al faro

y como el ciego junto al libro abierto

y el niño pobre ante el juguete caro.


He renunciado a ti, como renuncia

el loco a la palabra que su boca pronuncia;

como esos granujillas otoñales,

con los ojos estáticos y las manos vacías,

que empañan su renuncia

soplando los cristales

en los escaparates de las confiterías...


He renunciado a ti, y a cada instante

renunciamos un poco de lo que antes quisimos

y, al final, ¡cuántas veces el anhelo menguante

pide un pedazo de lo que antes fuimos!


Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.

Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;

desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.

La renuncia es el viaje de regreso del sueño...


POEMA DEL RENUNCIAMIENTO (José Ángel Buesa)


Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.

Pasarás en silencio por mi amor y, al pasar,

fingiré una sonrisa como un dulce contraste

del dolor de quererte... y jamás lo sabrás.


Soñaré con el nácar virginal de tu frente,

soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar,

soñaré con tus labios desesperadamente,

soñaré con tus besos... y jamás lo sabrás.


Quizás pases con otro que te diga al oído

esas frases que nadie como yo te dirá;

y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,

te amaré más que nunca... y jamás lo sabrás.


Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible,

como un sueño que nunca lograré realizar;

y el lejano perfume de mi amor imposible

rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.


Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,

"el tormento infinito que te debo ocultar",

te diré sonriente: «No es nada... ha sido el viento».

Me enjugaré una lágrima... ¡Y jamás lo sabrás!


EPIGRAMAS (Ernesto Cardenal)


Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo.


Esa será mi venganza:

Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso

y leas estas líneas que el autor escribió para ti

y tú no lo sepas.

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