Cuando se abandonan los grandes principios, hay benevolencia y rectitud. Cuando surge la sabiduría, hay gran hipocresía. Cuando los seis parientes no concuerdan, hay piedad filial. Cuando el país está sumido en el caos, hay ministros leales.
El pueblo tiene hambre porque sus superiores recaudan demasiados impuestos. Es difícil gobernar al pueblo porque sus superiores son activos. Al pueblo no le importa la muerte porque anhela vivir. Solo quienes no hacen nada para vivir son más sabios que quienes valoran la vida.
El sabio no hace nada y enseña sin palabras. Todo se crea sin quejarse. Vive sin posesiones, actúa sin depender de nada y no se obsesiona con los logros. Y porque no se obsesiona no se va, no abandona.
Aprender es crecer día a día, pero practicar el Camino (Tao) es decrecer día a día. Para decrecer una y otra vez, se debe alcanzar el estado de inacción. No hacer nada es hacerlo todo. Para conquistar el mundo, uno debe estar siempre en paz; si está en paz, no podrá conquistar el mundo.
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