Triste España sin ventura,
todos te deben llorar,
Despoblada de alegría,
para nunca en ti tornar.
Tormentos, penas, dolores
te vinieron a poblar.
¡Sembrote Dios de plazer
porque naciesse pesar!
Hízote la más dichosa
para más te lastimar.
Tus vitorias y trïunfos
ya se hobieron de pagar.
Pues que tal pérdida pierdes,
dime en qué podrás ganar:
pierdes la luz de tu gloria
y el gozo de tu gozar.
¡Pierdes toda tu esperança,
no te queda qué esperar!
Pierdes Príncipe tan alto,
hijo de reyes sin par.
¡Llora, llora, pues perdiste
quien te había de ensalçar!
En su tierna juventud
te lo quiso Dios llevar.
Llevote todo tu bien,
dexote su desear,
porque mueras, porque penes,
sin dar fin a tu penar.
De tan penosa tristura
no te esperes consolar.
Juan del Encina: "Poesía lírica y cancionero musical". Edición de Royston Oscar Jones y Carolyn Lee. Castalia, Madrid, 1975.
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