William Shakespeare
Medida por medida (fragmento)
Claudio. ¡La muerte es una cosa terrible!
Isabela. ¡Y una vida en la vergüenza, despreciable!
Claudio. ¡Sí!… Pero morir e ir no sabemos adónde; yacer en frías cavidades y quedar allí para pudrirse; este calor, esta sensibilidad, este movimiento, convertirse en un puñado de blanda arcilla; esta inteligencia deliciosa, bañarse en olas de fuego, o residir en alguna región escalofriante, de murallas de hielos espesos; estar aprisionado, en vientos invisibles y arremolinarse, con violencia sin tregua, en derredor de un mundo suspendido en el espacio; o volverse más miserable que el más miserable de esos seres que imaginan aullando pensamientos inciertos y desarreglados. ¡Es demasiado horrible! Que la vida terrenal más penosa y más maldita que la vejez, la enfermedad, la miseria o la prisión pueda imponerse a una criatura, es un Paraíso en comparación a lo que tememos de la muerte.
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