jueves, 7 de agosto de 2025

Monólogo de Marlon Brando en El último tango en París

 [Marlon Brando, a su esposa muerta, en el velatorio]

Nuestro matrimonio no fue más que una trinchera para ti. Y todo lo que se necesitó para que salieras fue una navaja de diez centavos y una bañera llena de agua. ¡Maldita, tacaña, maldita y dejada de la mano de Dios, espero que te pudras en el Infierno!  Eres peor que el cerdo callejero más sucio que nadie pueda encontrar en cualquier lugar. ¿Y sabes por qué? ¿Sabes por qué? Porque mentiste. Me mentiste y confié en ti. Mentiste, y sabías que mentías. ¡Anda, dime que no mentiste! ¿No tienes nada que decir al respecto? Puedes pensar en algo, ¿verdad? ¡Anda, dime algo! ¡Anda, sonríe, cabrona! [llorando] ¡Anda, dime... dime algo dulce! Sonríeme y di que acabo de oír mal. Anda, dime. Jodedora de cerdos... Maldita, jodida, jodedora de cerdos mentirosa. [Sollozando] Rosa... Lo siento, es que... ¡No soporto ver estas malditas cosas en tu cara! [Le quita las pestañas postizas] Nunca te has maquillado... esta mierda. Voy a quitarte esto de la boca, este... este pintalabios... Rosa... ¡Dios mío! ¡Lo siento! ¡No sé por qué lo hiciste! Yo también lo haría, si supiera cómo... Es que no sé cómo... Tengo que... tengo que encontrar la manera...

No hay comentarios: