lunes, 19 de febrero de 2007

El soldado español, por Pedro Calderón de la Barca

El soldado español de los Tercios.
Pedro Calderón de la Barca

Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es

del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;

porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.

Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado,
tiene mejor cualidad

que el más galán y lucido;
porque aquí, a lo que sospecho,
no adorna el vestido el pecho,
que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.

Aquí, la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es: ni pedir ni rehusar.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el valor, la bizarría,

el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son

caudal de pobres soldados,
que, en buena o mala fortuna,
la milicia no es sino una

religión de hombres honrados.

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