Tiempo es ya, Castillejo,
tiempo es de andar aquí;
que me crecen los dolores
y se me acorta el dormir;
que me nacen muchas canas
y arrugas otro que sí;
ya no puedo estar en pie
ni al Rey mi señor servir;
tengo vergüenza de aquellos
que en juventud conocí,
viéndolos ricos y sanos
y ellos lo contrario en mí.
Tiempo es ya de retirar
lo que resta de vivir;
pues se me aleja esperanza,
cuanto se acerca el morir;
y el medrar, que nunca vino,
no ha ya para qué venir.
¡Adiós, adiós, vanidades,
que no os quiero más seguir!
Dadme licencia, el buen rey,
porque me es fuerza el partir.
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