domingo, 2 de agosto de 2015

Pedro Calderón de la Barca, monólogo de Segismundo


SEGISMUNDO (Aparte.) 

Cielos, si es verdad que sueño, 
suspendedme la memoria, 
que no es posible que quepan 
en un sueño tantas cosas. 
Válgame Dios, quién supiera, 
o saber salir de todas, 
o no pensar en ninguna. 
.............................. 
¿Tan poco hay de unas a otras, 
que hay cuestión sobre saber 
si lo que se ve y se goza 
es mentira o es verdad? 
¿Tan semejante es la copia 
al original, que hay duda 
en saber si es ella propia? 
Pues si es así, y ha de verse 
desvanecida entre sombras 
la grandeza y el poder, 
la majestad y la pompa, 
sepamos aprovechar 
este rato que nos toca, 
pues solo se goza en ella 
lo que entre sueños se goza. 
Rosaura está en mi poder; 
su hermosura el alma adora: 
gocemos, pues, la ocasión
[...] 
¡Mas con mis razones propias 
vuelvo a convencerme a mí! 
Si es sueño, si es vanagloria, 
¿quién por vanagloria humana 
pierde una divina gloria? 
¿Qué pasado bien no es sueño? 
¿Quién tuvo dichas heroicas
que entre sí no diga, cuando 
las revuelve en su memoria 
sin duda, que "fue soñando 
cuanto vi?" — Pues si esto toca 
mi desengaño, si sé 
que es el gusto llama hermosa 
que la convierte en cenizas 
cualquiera viento que sopla, 
acudamos a lo eterno, 
que es la fama vividora, 
donde ni duermen las dichas, 
ni las grandezas reposan.

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