sábado, 24 de febrero de 2007

AUTOPSICOGRAFÍA, Fernando Pessoa



El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que cierto siente.

Y quienes leen lo que escribe,
sienten, en el dolor leído,
no los dos que el poeta vive,
sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,
distrayendo a la razón,
ese tren sin real destino
que se llama corazón.

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