sábado, 24 de febrero de 2007

EL PLAZO DE NERÓN, Constantino Cavafis



No se inquietó Nerón cuando escuchó
del délfico adivino aquel oráculo.
«Los setenta y tres años témelos».
Quedaba tiempo aún para gozar.
Pues tiene treinta años, y es bien largo
el plazo que le ha concedido el dios
para ocuparse ya en futuros cuidos.
Ahora a Roma volverá un tanto fatigado,
pero tan felizmente fatigado de este viaje,
que ha sido todo días de placer
por teatros, por jardines, por gimnasios...
las noches de las ciudades de Acaya...
Ay, de cuerpos desnudos el placer, ay, sobre todo...
Así Nerón. Y ya en Hispania, Galba
reúne y ejercita sus tropas a escondidas,
el viejo de setenta y tres años.

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