Todo menos el tedio me da tedio.
Quiero sin tener sosiego sosegar.
Tomar la vida todos los días
como un remedio,
de esos remedios que hay para tomar.
Tanto aspiré, tanto soñé, que tanto
de tantos tantos nada me hizo en mí.
Mis manos quedaron frías
sólo de aguardar el encanto
de aquel amor que las calentara al fin.
Frías, vacías,
así
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