Un senador de Kansas pasó junto a una pastilla de jabón sin reconocerla, pero ésta insistió en pararlo y estrechar su mano. Pensando que podría hallarse en disfrute de la inmunidad parlamentaria, le dio un franco y largo apretón. Al marcharse observó que parte del jabón se había quedado pegado a su mano y, alarmado, corrió a un arroyo cercano para lavársela. Al hacerlo no le quedó más remedio que usar su otra mano también, de modo que, al terminar, ambas estaban tan limpias que inmediatamente se metió en la cama y mandó llamar a un médico...
miércoles, 22 de julio de 2015
Ambrose Bierce, "El senador limpio", en Fábulas fantásticas
Ambrose Bierce, Fábulas fantásticas
Un senador de Kansas pasó junto a una pastilla de jabón sin reconocerla, pero ésta insistió en pararlo y estrechar su mano. Pensando que podría hallarse en disfrute de la inmunidad parlamentaria, le dio un franco y largo apretón. Al marcharse observó que parte del jabón se había quedado pegado a su mano y, alarmado, corrió a un arroyo cercano para lavársela. Al hacerlo no le quedó más remedio que usar su otra mano también, de modo que, al terminar, ambas estaban tan limpias que inmediatamente se metió en la cama y mandó llamar a un médico...
Un senador de Kansas pasó junto a una pastilla de jabón sin reconocerla, pero ésta insistió en pararlo y estrechar su mano. Pensando que podría hallarse en disfrute de la inmunidad parlamentaria, le dio un franco y largo apretón. Al marcharse observó que parte del jabón se había quedado pegado a su mano y, alarmado, corrió a un arroyo cercano para lavársela. Al hacerlo no le quedó más remedio que usar su otra mano también, de modo que, al terminar, ambas estaban tan limpias que inmediatamente se metió en la cama y mandó llamar a un médico...
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