domingo, 19 de julio de 2015

Camoens, Os lusiadas

Vasco de Gama llega a Mozambique

Los vientos mansamente los llevaban,
como a quien tiene el cielo por amigo;
sereno el aire y tiempo se mostraban,
sin temor de suceso ya enemigo.
El promontorio Praso, en fin, pasaban,
en la etíope costa nombre antiguo,
cuando el mar descubriendo les mostraba
nuevas islas, que en torno cerca y lava.

Vasco de Gama, el fuerte y valeroso
capitán que a una empresa tal se ofrece,
de altivo corazón, presuntuoso,
a quien Fortuna siempre favorece,
para allí estar (no ve razón) ocioso,
que inhabitada tierra le parece,
adelante pasarse determina,
mas no le sucedió como imagina.

Veis que luego parece compañía
de pequeños bateles (1), que de aquella
isla más junta a tierra parecía
cortando el mar con vela larga y bella.
La gente se alboroza y de alegría
solo sabe mirar la causa della:
«qué gente esta será» –entre sí decían–,
«qué costumbres, qué ley, qué rey tendrían».

Al parecer, las barcas y manera
eran largas, estrechas, y seguidas;
las velas con que vienen son de estera,
de unas hojas de palma bien tejidas,
de la color la gente es verdadera
que Faetón (2) en las tierras encendidas
al mundo dio con su demanda necia,
el Po lo sabe y siéntelo Lampecia.

De paños de algodón vienen vestidos,
que son de mil colores variados,
unos alrededor de sí ceñidos,
otros so el brazo con donaire echados.
Desde la cinta arriba sin vestidos,
de venablos y dagas bien armados,
con toca en la cabeza y navegando,
añafiles (3) sonoros van tocando.

Con los paños y brazos señas daban
a nuestras gentes, para que esperasen;
mas ya proas ligeras se inclinaban
porque junto a las islas amainasen;
la gente y marineros trabajaban,
como si los trabajos se acabasen,
cogen velas y amainan la verga alta;
del corvo hierro el mar herido salta.

Aún no bien ancorados, ya la gente
extranjera a las naves se subía,
al rostro alegres van, y humanamente
el nuestro capitán los recibía.
Mesas manda poner en continente (4)
del licor que Lieo (5) plantado había
hinchen vasos de vidrio, y de lo que echan
los que abrasó Faetón nada desechan.

Comiendo alegremente preguntaban
en arábiga lengua de dó vienen,
quién son, y de qué tierra, y qué buscaban,
o qué partes del mar corrido tienen.
Los fuertes lusitanos les tornaban
las discretas respuestas, que conviene:
«Los portugueses somos de Occidente;
vamos buscando tierras del Oriente».

LUÍS VAZ DE CAMÕES

Los lusíadas

1 batel: barco pequeño.
2 Según la mitología clásica, Faetón pidió a su padrastro –el Sol– que le dejase llevar su carro un amanecer. Los caballos se desbocaron y Faetón cayó sobre las tierras africanas ennegreciendo con el brillo del carro del sol a su gente.
3 añafil: trompeta recta morisca.
4 en continente: inmediatamente.
5 Lieo: uno de los nombres de Baco, dios romano del vino.

No hay comentarios: