martes, 20 de febrero de 2007
Tyger, tyger, de William Blake
¡Tigre, tigre, que brillante fulminas
en los bosques de la noche!,
¿Qué mano u ojo inmortal
pudo armar tu terrible simetría?
¿En qué abismos o cielos distantes
se apagó el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas se pretende alzar?
¿Qué mano se atreve a empuñar el fuego?
¿Y qué hombro y qué arte,
pudo tejer los nervios de tu corazón?
Y cuando tu corazón osó palpitar,
¿Qué mano terrible y qué pies,
qué martillo, qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿Qué yunque, qué garras tremendas
se atreven a dominar su temor mortal?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas,
y bañaron los cielos con sus lágrimas,
¿Se rió aquél de su obra?
¿Aquél que hizo al cordero te hizo a tí?
¡Tigre! ¡Tigre! Que brillante fulminas
en los bosques de la noche,
¿Qué mano u ojo inmortal
pudo armar tu temible simetría?
Otra versión
¡Tigre! ¡Tigre! Luz llameante
en los bosques de la noche,
¿qué ojo o mano inmortal
`pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué distantes produndidades, en qué cielos,
arde el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osa alzarse? ¿Y qué mano
osa empuñarlo?
¿Y qué hombro y qué arte,
torció fibras de tu pecho?
Y al comenzar a latir tu corazón
¿qué manos y pies terribles?
¿Qué martillo, qué cadena?
¿Qué horno forjó tu seso?
¿Qué yunque? ¿Qué osado puño
ciñó su terror mortal?
Cuando los astros lanzaron sus venablos,
y cubrieron sús lágrimas los cielos,
¿sonrió al contemplar su obra?
¿Aquel que te creó, creó al Cordero?
¡Tigre! ¡Tigre! Luz llameante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Osó idear tu terrible simetría?
Etiquetas:
Lírica inglesa,
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Siglo XVIII
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