martes, 20 de febrero de 2007
Tierra de nadie, de Eloy Sánchez Rosillo
Llega un momento, un día, en que nos encontramos
en mitad de la vida sin mañana ni ayer.
No somos los que fuimos y no damos el paso
hacia los que seremos y no queremos ser.
¿Qué ha sido de los sueños que soñé, que soñaba
cuando era yo un muchacho y era todo verdad?
No sé lo que ha pasado ni sé por qué se apagan
los antiguos afanes. No hay sueños que soñar.
El presente es apenas este cuarto en que escribo,
esta casa sin nadie, este silencio y
estas horas monótonas, esta nada, este frío,
esta tarde de invierno y ese cielo tan gris.
Queda el recuerdo –es cierto– de los años aquellos
en que tuve ilusiones y tuve juventud.
Pero valen bien poco a veces los recuerdos.
Atardece deprisa. Ya declina la luz.
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