martes, 20 de febrero de 2007

Oración en las grandes vacilaciones, de Eugenio d'Ors

No me ilumina nada,
no veo nada,
no siento nada,
no adivino nada,
sino lo que sientes tú.

No decido nada,
no juzgo nada,
no examino nada,
no sé nada,
sino lo que sabes tú.

No pido nada,
no quiero nada,
no deseo nada,
sino lo que anhelas tú.
No temo a nadie,
no sirvo a nadie,
no sigo a nadie,
no descanso en nadie,
sino en ti.

No hay comentarios: